Aunque a menudo el tema es pasado por alto, el rol de los cuidadores de niños y adolescentes con dermatitis atópica va más allá de atender la piel de los pacientes. La trabajadora social clínica Janelba Rodríguez, del Hospital Panamericano, destaca el impacto emocional que recae sobre estos cuidadores, quienes a menudo enfrentan lo que se conoce como «síndrome de sobrecarga».
Este síndrome, caracterizado por agotamiento físico y emocional, es una consecuencia común entre aquellos que cuidan de niños con enfermedades crónicas, debido a la combinación de demandas emocionales, físicas y económicas.
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Para Rodríguez, la labor de un cuidador es un acto de amor incondicional, pero reconoce que conlleva desafíos como la frustración, la preocupación y, en muchos casos, una significativa presión económica. Los cuidadores deben ajustar sus actividades familiares y personales para atender las necesidades especiales del niño, lo que puede llevarlos a cuestionar si están haciendo lo suficiente y a experimentar un sentimiento de culpa en cuanto a la calidad de vida de sus hijos. E
«Estos sacrificios económicos también pueden crear tensión en el hogar, dado que el tratamiento de la dermatitis atópica implica gastos médicos adicionales, productos especiales y ajustes financieros para enfrentar este impacto, lo que a menudo contribuye a un aumento en los niveles de estrés y ansiedad del cuidador», comentó la trabajadora social.
Síntomas del síndrome de sobrecarga
Los síntomas del síndrome de sobrecarga incluyen, además del agotamiento emocional, una perspectiva cada vez más frustrante y estresante hacia el cuidado diario. Este desgaste puede manifestarse en una disminución de la concentración, creatividad limitada, dolores de cabeza persistentes y problemas intestinales, derivando en algunos casos en una actitud negativa crónica que afecta el bienestar del cuidador y, por extensión, el del niño.
Frente a estos desafíos, es esencial que los cuidadores implementen estrategias de autocuidado que les permitan mantener un equilibrio emocional. Rodríguez enfatiza la importancia de «cuidarse para cuidar, lo cual implica establecer una rutina que incluya el manejo adecuado de la piel del menor, identificar y evitar los desencadenantes de la condición, y fomentar una comunicación abierta dentro del hogar para reducir tensiones».
A nivel mundial, los estudios han evidenciado que el síndrome de sobrecarga es común entre cuidadores de personas con enfermedades crónicas. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más del 20% de los cuidadores de pacientes crónicos experimentan síntomas de depresión y agotamiento físico, destacando la necesidad de apoyo psicosocial para quienes asumen este rol esencial.
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