«La idea de que no es posible practicar yoga cuando se padece artritis puede surgir por falta de información.» Este concepto, arraigado en malentendidos comunes, ha llevado a muchas personas a desestimar el yoga como una opción viable. En lugar de sucumbir a esta creencia, la clave radica en buscar información médica y, con esa base, establecer una comunicación abierta con instructores especializados en yoga. En BeHealth invitamos a Caridad Suárez, instructora del Departamento de Recreación y Deporte, quien ayudó a desmentir este mito y compartió algunos ejercicios que puedes replicar en casa.
«La responsabilidad comienza con uno mismo y se basa en una comunicación efectiva», destacó y enfatizó en la importancia de asumir un papel activo en la gestión de la artritis mediante la colaboración estrecha con profesionales de la salud y instructores de yoga. «La conciencia de las propias necesidades y la comunicación efectiva se convierten en las piedras angulares de este enfoque integral».
Asimismo, es crucial comprender que el dolor es una parte intrínseca de la experiencia humana y aprender a atribuirle un significado diferente. «Cambiar la percepción del dolor es esencial en el proceso de integrar el yoga como una herramienta terapéutica». Es decir, el yoga no solo se trata de ejercicios físicos, sino también de una transformación en la relación con el propio cuerpo y la experiencia del dolor.
«Los beneficios se acumulan gradualmente, reconociendo que aunque pueda haber dolor en ciertas partes del cuerpo, también hay áreas que no lo experimentan», compartió destacando la importancia de la gratitud y la conexión mente-cuerpo en el proceso de practicar yoga con artritis. De esta manera, valorar las áreas sin dolor se convierte en un componente esencial para construir una relación más armoniosa con el propio cuerpo.
«Se busca una conexión constante con los participantes, entendiendo sus necesidades individuales y estableciendo una comunicación abierta sobre lo que pueden o no hacer. Aquí, la atención personalizada se erige como un principio fundamental. La adaptabilidad de las prácticas y la apertura en la comunicación se vuelven esenciales para garantizar una experiencia de yoga segura y beneficiosa», compartió la instructora en cuanto a la importancia de la elección de esta práctica.
Para hacerlo, «comienza centrándote en tu cuerpo, desde los pies hasta el abdomen». Este ejercicio refleja la importancia de la conciencia corporal y la conexión con uno mismo. Desde los fundamentos físicos hasta la activación consciente de los abdominales, cada detalle se presenta como una oportunidad para el autocuidado.
«Desde esta calma, te invito a comenzar a respirar, notando cómo el aire entra suavemente por tu nariz y cómo sale lentamente por la misma vía.» La atención se desplaza hacia la respiración consciente, con la respiración como herramienta efectiva en la reducción del estrés y la regulación de la respuesta inflamatoria del cuerpo.
«Envía esa energía reconociendo que eres lo más importante, que eres perfecto o perfecta tal y como eres, y que eres necesario y valioso en este mundo», finalizó.
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