Los virus bactericidas podrían ser un parteaguas para el tratamiento de enfermedades de inflamación intestinal
Aunque hoy, sumidos aún en la pandemia de SARS-CoV-19, nuevos virus son motivo de ansiedad y alarma, algunos se presentan como alternativas de tratamiento para enfermedades humanas.
Esta es la propuesta de un grupo internacional de científicos asociados al Instituto Weizmann en Israel que desarrollaron una terapia peculiar y prometedora para la inflamación intestinal: bacteriófagos 一virus que infectan bacterias一 que abordan la población de bacterias nocivas en el tracto digestivo.
El equipo de estudio comenzó su investigación con un sondeo de la composición microbiana de 537 personas repartidas entre Israel, Francia, Alemania y EE. UU. Resultó que la bacteria Klebsiella pneumoniae (Kp) era la más representada en aquellos voluntarios con la enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa.
Entonces, a partir de la identificación de la bacteria, los investigadores cernieron un total de 41 bacteriófagos contra Kp. Encontraron que cinco de los fagos tienen la capacidad de acometer mejor Kp sin permitir la propagación de resistencia al tratamiento.
La pócima de bacteriófagos lució efectiva cuando los científicos la proporcionaron a ratones predispuestos a la colitis. La terapia tampoco perdió eficacia en experimentos hechos con simulaciones del tracto gastrointestinal.
Luego, durante la etapa clínica, un grupo de 18 voluntarios demostró que los fagos se replicaron en el intestino y se limitaron a eliminar células Kp.
Ante sus hallazgos y la crisis sutil de la aparición de cada vez más bacterias resistentes a antibióticos, los investigadores reconocieron la importancia de explorar las posibilidades terapéuticas de los bacteriófagos.
“Si el cóctel de fagos resulta seguro y efectivo en ensayos clínicos mayores, podría convertirse en la base para desarrollar terapias, no tan solo para enfermedades de inflamación intestinal, sino otros desórdenes que también son afectadas por los microbios intestinales, incluyendo obesidad, diabetes, enfermedades neurodegenerativas y quizá hasta cáncer”, expresó el Instituto Weizmann en un comunicado de prensa.
Por su parte, el doctor Eran Elinav, primer autor del estudio y profesor de Weizmann, comentó que “nuestra visión consiste en eventualmente desarrollar terapias personalizadas para una variedad de desórdenes, en las cuales las cepas de bacterias patogénicas se identificarán en cada paciente y un cóctel de bacteriófagos será diseñado para matar esas cepas nada más”.