Desafortunadamente, las enfermedades inflamatorias del intestino no distinguen edad y podrían afectar los organismos de los pacientes pediátricos. En BeHealth quisimos indagar más sobre el tema para darte información de primera mano y por eso nos contactamos con el Dr. Antonio del Valle, gastroenterólogo pediátrico, quien detalló todo lo relacionado al tema.
Tanto en adultos como en niños, los médicos no han logrado evidenciar la verdadera causa de estas condiciones. Por lo que, según el experto, “estas enfermedades de inflamación intestinal ocurren por factores genéticos, factores ambientales. Pero todavía no tenemos la causa bien clara”, señaló el Dr. del Valle, a su vez que advirtió los grupos etarios en los que, desafortunadamente, están viendo más casos de condiciones del intestino.
“Vemos pacientes de enfermedad inflamatoria del intestino, enfermedad de Crohn y colitis úlceras en todas las edades. Pero es más común en la adolescencia. Es más común a partir de los 13, 14 años, hasta 18 o 19. Pero los podemos ver desde temprano también”, advirtió el galeno.
Diagnóstico en niños: posibles causas
Varias investigaciones apuntan a que los pacientes que viven en las grandes ciudades tienen mayor riesgo de desarrollar estas patologías debido a los factores ambientales que explicó anteriormente el especialista.
“Estas enfermedades se diagnostican en niños y en adultos y se ha asociado a muchos factores, a la dieta, factores ambientales, pero sabemos que hay unos factores genéticos bien importantes”, expresó el doctor.
Es más, habló de una hipótesis que está tomando fuerza entre los especialistas y es que los infantes no tendrían los suficientes anticuerpos para evitar estas condiciones. ¿De qué se trata?
“Está cogiendo mucho auge una teoría del exceso de sanidad, porque estas enfermedades se ven más común en países desarrollados y en personas que viven en ciudades y en el ambiente urbano. Por lo tanto se piensa que tiene que ver con exceso de sanidad y lo observamos más hoy en día con la pandemia, que existe que siempre mascarillas y alcohol por todas partes y cada vez estamos viendo más casos de las enfermedades”, aseveró.
Sintomatología: conócela e identifícala
La inflamación constante de todo el tracto digestivo o parte de él suelen ser algunos de los síntomas que comparten estas dos condiciones. No obstante, existen otros indicios o factores a los que se les debe prestar atención.
“Los niños pueden presentar muchos síntomas distintos: dolor abdominal, diarrea, sangrado en las excretas, pérdida de peso. Pero una cosa bien importante es que la enfermedad de Crohn puede presentar un fallo en el crecimiento y ese puede ser el primer síntoma. O sea que los síntomas gastrointestinales pueden venir varios años después y uno no se da cuenta si un niño está creciendo bien. Por lo tanto, es bien importante mantener esas visitas del pediatra, esa comunicación correcta y la visita anual dos veces al año para que mantenga el récord de su crecimiento. Y de esa manera uno se da cuenta si el niño no está creciendo”, dijo el Dr. del Valle.
Importancia del seguimiento médico
De acuerdo con el galeno, si un paciente tiene controles rigurosos desde su infancia le permitirá llevar una vida mejor. “Los tratamientos sí pueden tener efectos adversos, pero en su gran mayoría son seguros y efectivos. O sea que no se debe tener miedo en ese sentido. Si uno tiene el buen seguimiento, podemos identificar cuándo ocurren estos eventos adversos a los medicamentos, a los tratamientos. No son comunes. La mayoría de los pacientes lo toleran extremadamente bien y responden bien al tratamiento y siguen bien hacia adelante”, dijo, mientras finalizó dejando una exhortación explicando los retos de los pacientes y médicos tratantes.
“Nuestra meta es precisamente, que se desarrolle al máximo su potencial mayor y se logra en la gran mayoría de los casos. Ellos se desenvuelven bien, pueden ir a la escuela, se gradúan y pueden llevar una vida normal. El seguimiento y el tratamiento es importantísimo, porque estas son condiciones crónicas, son condiciones que no las podemos quitar, pero sí las podemos tratar y las podemos controlar. Y el pronóstico es bueno. La gran mayoría de los pacientes van a estar bien y van a poder llevar una vida productiva”, concluyó.