Según la Organización Mundial de la Salud, el suicidio es la cuarta causa de muerte entre las personas de 15 a 29 años y cada año 703.000 personas se quitan la vida y son muchas más las que intentan suicidarse.
Ante este panorama, la prevención y la detección temprana de condiciones de salud críticas son elementos clave en el cuidado de nuestra salud y bienestar.
¿Cuáles son las estrategias más efectivas para cuidar de nuestra salud y la de nuestros seres queridos? Hoy te compartimos al respecto de la mano de la licenciada Naidymar Santiago Vega, consejera profesional del Grupo SEPI.
“El suicidio se define como el acto deliberado de poner fin a la propia vida como respuesta extrema a un sufrimiento emocional o psicológico insoportable”, explicó la licenciada.
Por otro lado, la ideación suicida hace referencia a los pensamientos o deseos de morir que una persona experimenta, “los cuales pueden variar desde pensamientos vagos hasta planes detallados sobre cómo llevar a cabo el suicidio”.
“Cuando hablamos de intentos suicidas, nos referimos a acciones no mortales realizadas con la intención de causar daño a uno mismo. Estos intentos pueden variar en gravedad, desde gestos simbólicos hasta actos más serios”.
Por este motivo, es fundamental comprender y reconocer que cuando una persona experimenta ideación suicida o lleva a cabo un intento de suicidio, está atravesando un momento de profundo sufrimiento emocional.
Estadísticas y factores de riesgo
“Según las estadísticas de suicidio en Puerto Rico en el año 2022, se registraron un total de 177 suicidios. El 85.9% de estas muertes por suicidio correspondieron a hombres, mientras que el 14.1% afectaron a mujeres”.
Esto, porque generalmente los hombres son más propensos a completar el proceso suicida, ya que tienden a utilizar métodos más letales.
La licenciada también destacó “que el 60% de los suicidios ocurrieron en personas con edades comprendidas entre los 35 y los 74 años”. Sin embargo, esto no significa que debamos pasar por alto la prevención del suicidio en niños y adolescentes, ya que también pueden experimentar pensamientos o ideación suicida.
Lee más: Terapia ocupacional para prevenir el suicidio
En cuanto a los métodos utilizados en los casos de suicidio, la asfixia por suspensión continuó siendo predominante en ambos sexos, “representando el 62.1% de los suicidios reportados”. Es importante destacar que, aunque las mujeres tienden a expresar más sus intenciones suicidas, los hombres presentan una tasa de suicidio más elevada.
Reconociendo señales verbales y conductuales
Existen señales verbales que debemos tener en cuenta, algunas de las compartidas por la especialista fueron:
- “Quisiera desaparecer”: expresiones que indican un deseo de no existir o de no querer estar aquí pueden ser una señal de que alguien está luchando con pensamientos suicidas.
- “El mundo sería mejor sin mí”: sentimientos de que la vida sería mejor sin la presencia de la persona pueden ser una indicación que está considerando el suicido.
- “Me siento atrapado/a”: sensación de estar atrapado en una situación o un estado emocional abrumador, lo cual puede llevar a pensamientos suicidas.
“Las señales que una persona puede mostrar son variadas y a menudo sutiles. Como profesional, he tenido la oportunidad de presenciar casos en los que las personas dejan de comer o abandonan sus actividades rutinarias, lo que puede representar un riesgo para su salud física y mental”, contó.
Asimismo, es fundamental no ignorar ni minimizar estas expresiones, ya que a veces son una manera indirecta de pedir ayuda.
“A veces, tendemos a pensar que la persona está tratando de manipularnos o que busca atención, pero en realidad, está comunicando que necesita ayuda”. Nuestra responsabilidad es responder a estas señales y buscar la ayuda que requieren.
Además, existen señales conductuales que podemos observar, como cambios drásticos en el comportamiento, irritabilidad, aislamiento social o la pérdida de interés en actividades significativas. “Estos cambios son indicativos de que alguien está pasando por un momento difícil y necesita apoyo”.
Cuando alguien está experimentando pensamientos o intenciones suicidas, es crucial tener en cuenta lo que debemos y no debemos decir. Evitar frases como «es solo una fase, se te pasará» o «deberías estar agradecido por lo que tienes» es fundamental. Minimizar los sentimientos o la conducta de una persona que está lidiando con problemas de salud mental o pensamientos suicidas no es apropiado.
En lugar de eso, es importante expresar empatía y apoyo. Decir cosas como «Estoy aquí para escucharte» o «Me preocupo por ti» puede hacer que la persona se sienta comprendida y menos sola en su lucha. Es esencial brindar un espacio seguro para que puedan compartir sus sentimientos y buscar ayuda profesional si es necesario.
Mostrar empatía y comprensión implica escuchar activamente y sin prejuicios. Escuchar sin interrumpir ni decir algo que pueda empeorar cómo se siente la persona es fundamental. Además de brindar apoyo emocional, es crucial buscar recursos profesionales disponibles para la persona que los necesita.
“No debemos dejar sola a la persona hasta que reciba la ayuda necesaria. Si estamos en un entorno como el trabajo, la universidad o la escuela, es esencial que cualquier organización tenga un protocolo establecido para abordar situaciones de este tipo. Es importante implementar procedimientos adecuados para garantizar que las personas que necesitan ayuda reciban la atención necesaria de manera oportuna”, resaltó la licenciada Santiago.
La importancia de la prevención y el tratamiento
En este sentido, es crucial contar con la detección temprana y el tratamiento de trastornos mentales. “Si notamos conductas o pensamientos preocupantes en nosotros mismos o en alguien más, es importante buscar alternativas para evaluar si existe alguna otra condición de salud mental que requiera tratamiento”.
Además, brindar apoyo a grupos de alto riesgo y crear entornos seguros y libres de acoso (bullying) es de suma importancia, especialmente en el caso de adolescentes, jóvenes y niños.
“Es esencial evaluar el desempeño escolar de las personas emocionalmente afectadas y proporcionarles el apoyo necesario para que no enfrenten una carga adicional en su vida personal y educativa. El acceso a servicios y fortalecimiento de las relaciones sociales son componentes esenciales para prevenir el suicidio y promover el bienestar mental”.
Acceso a recursos y líneas de emergencia
Existen líneas de emergencia disponibles, como la línea 988, que está disponible las 24 horas, y el número 1809-810-0023, que corresponde a la línea PAS de ASSMCA. También se puede acceder al chat a través de las redes sociales y el sitio web. También se encuentran disponibles recursos como el Grupo SEPI, con el propósito de promover estilos de vida saludables en nuestro país a través de la adquisición y mantenimiento de destrezas sociales, restablecimiento de valores y desarrollo de una autoestima saludable.
Te puede interesar: Desafíos y mitos de la salud mental y el suicidio