Las lesiones por presión ocurren cuando un paciente ha sido confinado a una cama o sillón de ruedas por alguna complicación de salud. La constante presión del cuerpo contra la superficie firme ocasiona la lesión.
Según la enfermera especializada en el manejo de heridas Edna Bigio Ramos, aunque el trauma puede formarse en un tiempo aproximado de dos horas, es prevenible.
“Más de un 90% de las lesiones por presión se pueden prevenir. Es más fácil prevenir que tener que tratar una lesión”, aseguró la especialista en entrevista con BeHealth.
De acuerdo con Bigio Ramos, las lesiones se presentan como manchas enrojecidas en el cuerpo del paciente: “las lesiones por presión comienzan de forma bien sutil mediante manchas rojas en el cuerpo que, al tocarlas, se sienten calientes”.
Este tipo de trauma es común en la población diabética debido a que pierden la sensibilidad en sus pies: “los pacientes diabéticos no sienten en el área de los pies por la neuropatía. Al no tener sensación, se pueden desarrollar lesiones en esta zona”.
Tan pronto se identifican, el cuidador puede tratarlas para evitar que progresen y se conviertan en úlceras.
Asimismo, la especialista alertó que si la úlcera empeora en estado, el paciente puede enfrentarse a otras afecciones de salud: “si la úlcera progresa y se ve el hueso, ya existe riesgo de contraer una infección sistémica”.
Formas de prevención de lesiones
Para la especialista, la forma más formidable de evitar las lesiones por presión es cambiando de posición y movilizando al paciente. Expresó que aunque antes se recomendaba mover al paciente cada dos horas, las nuevas guías de cuidado establecen que el cuidado es individual.
“Las guías nuevas del 2019 reflejan que cada paciente es individual. Un paciente delgado con la piel más fina, posiblemente requiera que se movilicen más seguido, por lo menos cada media o una hora.
Por su parte, mencionó que las guías de manejo del paciente encamado también recomiendan utilizar los apósitos. Estas son unas gasas acojinadas que evitan la presión corporal contra la superficie en que se encuentre la persona.
“Las guías recomiendan el uso de apósitos. Esta es una gaza de cinco capas acojinadas donde se puede aplicar en pacientes que están en cama en las prominencias óseas para evitar la presión y que se forme la lesión”, explicó la enfermera sobre la utilidad del instrumento.
Asimismo, sugirió el uso de productos de cuidado de piel en que el cuidador no necesita enjuagar al paciente con agua y jabón. Esto porque la humedad también es un factor de riesgo que propicia la formación de lesiones.
“Un paciente en la cama no se puede enjuagar bien y a veces se deja húmedo. Esa humedad contra la ropa de cama empieza a debilitar la piel y esto hace que se forme la lesión”, señaló Bigio Ramos.
Ante este panorama, la especialista identificó los baños en seco como la opción para el cuidado del paciente: “existen los baños en seco en que no se tiene que necesariamente enjuagar la piel con agua y jabón. Se aplica sobre la piel y se enjabona; y antes que se seque la piel, se limpia con una toalla”.
De acuerdo con la enfermera, los baños en seco representan una excelente opción tanto para el paciente como para el cuidador.
Según la especialista, el manejo asertivo del paciente es la clave para prevenir las lesiones por presión y garantizar su mayor bienestar.
“El no desarrollar lesiones por presión alivia la carga al cuidador, alivia el dolor al paciente y alivia las complicaciones de salud que puede sufrir el paciente por el desarrollo de alguna lesión por presión”, puntualizó Bigio Ramos.