La artritis reumatoide se caracteriza por la posibilidad de numerosas complicaciones relacionadas con el estado inflamatorio permanente que caracteriza a esta enfermedad, así como por su naturaleza autoinmune. Muchas veces también los tratamientos para controlar el estado inflamatorio pueden tener otras consecuencias en nuestro organismo.
Enfermedad cardiovascular
La existencia de artritis reumatoide aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares: infarto de miocardio, angina de pecho, tromboflebitis, accidente cerebrovascular, etc.
Por ello, las medidas generales de prevención de las enfermedades cardíacas y vasculares se aplican especialmente a las personas que padecen artritis reumatoide. Así también es importante un seguimiento médico regular para detectar y tratar otros factores de riesgo cardiovascular. El exceso de colesterol, hipertensión arterial, sobrepeso y obesidad, diabetes, son algunas de ellos.
Osteoporosis
En las mujeres, la artritis reumatoide es un factor de riesgo para desarrollar osteoporosis. Esto se debe a que la densidad ósea disminuye en las personas que sufren una inflamación crónica. Los tratamientos con corticosteroides prescritos a los pacientes con artritis reumatoide no parecen causar esta complicación, pero pueden contribuir a ella.
Otras complicaciones
Después de varios meses, la artritis reumatoide puede causar complicaciones que afectan a muchos órganos. Esto es especialmente cierto en el caso de la artritis reumatoide de edad avanzada, en la que el daño óseo es visible en las radiografías y en la que se miden en la sangre altos niveles de los llamados «anticuerpos antinucleares» (controles de la enfermedad autoinmune).
Complicaciones pulmonares o cardíacas
El tratamiento de fondo o los tratamientos con corticosteroides pueden aumentar el riesgo de desarrollar neumonía o pericarditis (inflamación de la membrana que rodea el corazón).
Nódulos reumatoides
Estas pequeñas protuberancias, duras y no dolorosas, suelen aparecer tras unos años de evolución de la artritis reumatoide. Son las complicaciones más comunes.
Raramente presentes al principio de la enfermedad, los nódulos reumatoides se forman sobre todo bajo la piel de los antebrazos y los codos, a veces en los dedos, donde son múltiples y pequeños, o en las rodillas.
Estos nódulos aumentan o disminuyen lentamente de volumen durante el curso de la enfermedad, o incluso desaparecen espontáneamente o como resultado del tratamiento de la poliartritis.
Vasculitis
Esta inflamación afecta principalmente a las arterias más pequeñas, y a veces a las venas pequeñas.
La vasculitis puede manifestarse en forma de manchas rojas alrededor de las uñas, úlceras en la piel o importantes problemas circulatorios en los dedos de las manos y los pies.