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Conoce los tipos de herpes y cómo diferenciarlos

Según el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), el herpes genital es una enfermedad de transmisión sexual (ETS) común. De acuerdo con el CDC, una de cada seis personas entre los 14 y 49 años de edad tiene herpes genital en Estados Unidos. 

Cualquier persona que se encuentre activa sexualmente puede contraer este tipo de ETS. Este es un virus que se propaga a través de dos tipos : virus del herpes simple tipo 1 (VHS-1) y virus simple tipo 2 (VHS-2). 

Existen dos tipos de herpes: oral y genital. El oral es ocasionado por el VHS-1 y mayormente no presenta síntomas. De experimentar algún síntoma, la persona presentará ampollas o fuegos en la boca. Este tipo de herpes se propaga mediante contacto no sexual con la saliva de la persona infectada. 

Si no se trata a tiempo, el herpes oral puede trasladarse de la boca a los genitales a través del sexo oral. Por su parte, el herpes genital se transmite mediante la relaciones sexuales vaginales, orales u anales con la persona infectada.  

El herpes genital puede transferirse si la persona no contagiada tiene contacto con la saliva, llagas de herpes o la piel de la zona bucal o genital del sujeto infectado. 

Diagnóstico y tratamiento 

Al igual que la mayoría de las ETS, el herpes generalmente no presenta síntomas o son tan leves que pueden confundirse con otra condición cutánea. 

El CDC ha establecido que el herpes se presenta como ampollas en la zona genital, rectal o en la boca. En un momento, las ampollas se abren y resultan en llagas que causan dolor. Cuando aparecen, se determina que la persona tiene un “brote” que puede curarse en un aproximado de una semana. 

Tan pronto la persona afectada experimenta el primer brote, la probabilidad de presentar más episodios de brote. Sin embargo, estos tienen una duración más corta y son de menor gravedad. 

Una vez diagnosticado, el herpes no tiene cura. Aunque el virus persistirá en el cuerpo de por vida, los brotes de la condición disminuyen con el tiempo. 

Para diagnosticar herpes, su proveedor de salud observará sus síntomas físicos. Luego, tomará una muestra de una llaga o fuego para realizar una prueba de laboratorio. También, el médico puede hacer un análisis de sangre para hallar anticuerpos del herpes.  

Aunque este virus no tiene cura, existen medicamentos para prevenir y reducir los brotes. Hay medicamentos para consumir diariamente que también disminuyen la probabilidad de contagio a otras personas o parejas sexuales. Consulte con su médico sobre las opciones disponibles según su caso. 

Fuente: CDC

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