La otitis es un proceso inflamatorio, generalmente de naturaleza infecciosa, que afecta al oído. Se denomina otitis externa cuando afecta al canal auditivo externo, con o sin afectación de la membrana timpánica. Miringivitis cuando afecta solo a la membrana timpánica, y otitis media e interna si afecta al oído medio o interno, respectivamente.
El síntoma característico de la otitis es la otalgia, es decir, el dolor de oídos, que puede ser más o menos intenso y estar acompañado de síntomas según la zona del oído afectada por el proceso inflamatorio.
Tipos de otitis
La otitis externa, también conocida como «otitis del nadador», se caracteriza por la aparición de dolor al tocar o tirar de la oreja. A menudo, el agente etiológico es un microorganismo, por ejemplo las bacterias u hongos presentes en las piscinas y en el mar, que proliferan más fácilmente en un entorno húmedo.
En la otitis media, en cambio, la etiología es siempre infecciosa, por lo que suele ir acompañada del drenaje de material purulento del conducto auditivo externo, de dolor de oído espontáneo (agravado por la acupresión) y -típicamente en la otitis aguda- de síntomas no específicos como rinorrea, congestión nasal, dolor de garganta, fiebre o fiebre, tos. La presencia de pus, que en casos extremos puede perforar el tímpano y perjudicar la audición, provoca síntomas como la pérdida de audición, la percepción de zumbidos molestos (tinnitus) y picor en el oído.
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En la otitis interna, conocida como laberintitis, la implicación de las cepas que intervienen en la capacidad de equilibrio y audición, provoca la aparición de mareos y pérdida de equilibrio, con náuseas y vómitos.
En la edad pediátrica, la otitis puede asociarse con una mayor irritabilidad, ataques de llanto, pérdida de apetito, vómitos y diarrea. Los síntomas de la otitis, que no deben subestimarse para evitar complicaciones peligrosas, suelen resolverse espontáneamente. Sin embargo, para promover la curación, el médico puede sugerir el uso de gotas anestésicas, antibióticos (en caso de etiología bacteriana) y fármacos antiinflamatorios no esteroideos.