La mochila, aparentemente un simple accesorio, desempeña un papel fundamental en la vida escolar de niños y jóvenes. A menudo subestimada, su elección y preparación pueden tener un impacto significativo en la salud espinal a largo plazo. La terapeuta ocupacional, Rosalie Negrón, resalta la importancia de estas consideraciones, señalando que «las recomendaciones en este sentido son fundamentales, considerando detalles específicos que varían según la edad de los niños».
Cuando se trata de seleccionar la mochila adecuada, Negrón subraya la importancia de los aspectos ergonómicos, comenzando por asegurarse de que sea proporcional al tamaño de la espalda del niño.
«Debe ajustarse de manera que no sobresalga más allá del área de los hombros y descanse en la espalda media o sobre el área de la pelvis», aconseja la terapeuta ocupacional. Sobrepasar las 4 pulgadas por debajo de la cadera indicaría que la mochila es demasiado grande, lo cual podría causar daño a la espalda.
La elección de una mochila con tirantes ajustables en el área de la espalda y la cintura es crucial, ya que proporciona un soporte adecuado al cuerpo del niño. Negrón compara esta elección con la selección de talla en calzado o ropa, asegurándonos de que la mochila se ajuste correctamente. La presencia de varios compartimentos facilita la distribución y organización de la carga, aspecto crucial para prevenir problemas de salud en la espalda.
Riesgos asociados y efectos en la salud
En cuanto a los riesgos asociados con el uso de mochilas inadecuadas, Negrón advierte sobre dolores en la espalda, hombros, cuello, dolores de cabeza y adormecimiento de los brazos. «El uso prolongado de una mochila inadecuada puede afectar la postura y la columna vertebral, siendo especialmente preocupante para aquellos con condiciones preexistentes», destaca la terapeuta ocupacional.
En el caso de los niños más pequeños, Negrón enfatiza la importancia de enseñarles desde el principio el correcto uso de la mochila. Además de adquirir la mochila adecuada, se deben ajustar los tirantes en el área de los hombros y la cintura.
«Distribuir los materiales de manera equitativa es crucial para fomentar una postura adecuada y evitar problemas de salud asociados con el uso incorrecto de la mochila», aconseja Negrón.
La distribución del peso es un aspecto fundamental. Colocar los materiales más pesados en la parte trasera y los más ligeros en la parte delantera mantiene un equilibrio adecuado, evitando tensiones innecesarias en la espalda y los hombros. En situaciones donde se debe llevar una gran cantidad de equipo, se sugiere evaluar el uso de mochilas con ruedas, siempre asegurándose de que sea apropiado para el entorno escolar.
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Uso prolongado y descansos necesarios
La recomendación de utilizar la mochila en ambos hombros es crucial para mantener una postura equilibrada. «Evaluar qué materiales son realmente necesarios y dejar los más pesados en la escuela o en casa es una buena práctica», subraya Negrón. Además, se enfatiza la importancia de no exceder el 10 % del peso del niño en la mochila, una medida preventiva clave para evitar problemas de salud.
El tiempo de uso también es relevante. «No se espera que una persona, especialmente un niño, lleve una mochila pesada por más de una hora o hora y media», advierte Negrón. Descansos cortos son esenciales para aliviar la carga en la espalda, y se recomienda que el niño se quite la mochila en intervalos para permitir que descanse.
Condiciones de salud preexistentes y ajustes razonables
En situaciones donde existen condiciones de salud preexistentes, es imperativo consultar con profesionales de la salud para recibir orientación específica sobre el uso adecuado de la mochila. Ajustes razonables en el entorno escolar son fundamentales para garantizar que los niños con limitaciones físicas puedan llevar sus materiales sin comprometer su salud.
En casos donde la movilidad del niño es limitada, el uso de una mochila con ruedas puede ser una solución práctica y cómoda. Sin embargo, es vital asegurarse de que el niño pueda manejar y arrastrar la mochila sin dificultades, considerando sus limitaciones físicas. Además, la colaboración entre los padres, profesores y profesionales de la salud es esencial para determinar las mejores soluciones y ajustes razonables para que el niño pueda integrarse plenamente en el entorno escolar.
En diversas situaciones, ya sea que la persona ocupe distintas posturas o enfrente problemas de movilidad, como dificultades para caminar, mantener el equilibrio o el uso de dispositivos de asistencia como andadores o muletas, es crucial realizar una evaluación. En esos casos, la opción eficiente sería el uso de un bolso con ruedas. No es una solución universal, ya que se debe considerar la condición médica específica de la persona y asegurarse de que esté en una forma física adecuada para utilizar dicho dispositivo.
La elección y el uso adecuado de la mochila son fundamentales para la salud de niños y jóvenes. Siguiendo estas recomendaciones, se puede garantizar que este accesorio esencial no solo cumpla su función práctica, sino que también contribuya al bienestar físico y postural de quienes lo utilizan. La integración de dispositivos digitales, como tabletas o computadoras, para acceder a materiales educativos puede ser una excelente sugerencia, reduciendo el peso que el niño tiene que cargar y proporcionando opciones de aprendizaje más flexibles.
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