Ya sabemos que las emociones negativas pueden subir la presión y afectar nuestro corazón, pero, ¿qué pasa con las buenas vibras?
Las emociones positivas también pueden tener un impacto significativo en nuestra salud, y se ha demostrado que generan efectos benéficos, tanto a nivel mental como físico. En contraste con las emociones negativas que pueden elevar la presión arterial, las emociones positivas, como la felicidad, la gratitud y el amor, están asociadas con una serie de beneficios para el bienestar general.
En relación con la presión arterial, algunos estudios sugieren que experimentar emociones positivas de manera regular puede tener un efecto protector. Se ha observado que las personas que experimentan emociones positivas con frecuencia tienden a tener niveles de presión arterial más bajos en comparación con aquellas que experimentan emociones negativas de manera crónica.
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Además, las emociones positivas están vinculadas a la liberación de sustancias químicas cerebrales como las endorfinas y la oxitocina, que no solo mejoran el estado de ánimo, sino que también pueden tener efectos beneficiosos en la salud cardiovascular. Estos compuestos químicos pueden ayudar a relajar los vasos sanguíneos, reducir la inflamación y mejorar la circulación, contribuyendo así a mantener una presión arterial saludable.
Estudios lo confirman, como el publicado en la revista Preventive Medicine, donde científicos han explorado la conexión entre las emociones positivas y el bienestar del corazón. La conclusión es emocionante: parece que las buenas vibras en la juventud y la adultez temprana están relacionadas con una salud cardiovascular más robusta a lo largo del tiempo.
La clave está en el inicio: aquellos que comenzaron con un estado de ánimo positivo mantuvieron una salud cardiovascular envidiable a lo largo de las décadas. Además, la salud cardiovascular inicial influyó en mantener un espíritu positivo durante el seguimiento. Sorprendentemente, las mujeres experimentaron una conexión más fuerte entre emociones positivas y salud cardiovascular.
El poder de las buenas vibras
¿A qué conclusión podemos llegar? Las emociones positivas actúan como antídotos contra el estrés, contrarrestando las hormonas del estrés y mitigando los efectos perjudiciales del estrés crónico en el sistema cardiovascular.
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La constante presencia de emociones positivas se traduce en efectos acumulativos beneficiosos. Aquellos con mayor bienestar emocional mantienen una presión arterial más saludable a medida que envejecen, disminuyendo el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Ahora lo sabes, promover el bienestar emocional, mediante prácticas como la gratitud y el mindfulness, puede ser tan crucial como las intervenciones tradicionales centradas en el ejercicio y la dieta.