Puede que te preguntes, ¿qué es la enfermedad arterial periférica? La enfermedad arterial periférica (EAP) es una afección que puede afectar a personas de todas las edades, y su desarrollo puede estar relacionado con diversos factores de riesgo, entre ellos, la diabetes.
La importancia de la prevención y la detección temprana
Comprenderla es fundamental, ya que puede afectar a personas de todas las edades. Además, los riesgos y las posibilidades de desarrollar esta enfermedad pueden estar relacionados con otros factores, como la diabetes, entre otros.
La Dra. Darcy Diago, residente de cardiología, destacó en entrevista exclusiva de BeHealth la importancia de la prevención y la detección temprana en el abordaje de esta enfermedad, que no solo afecta las extremidades, sino que también aumenta el riesgo de infartos y accidentes cerebrovasculares.
“La prevención es clave en el abordaje de la enfermedad arterial periférica y muchas otras condiciones de salud. Esta enfermedad puede manifestarse inicialmente en las extremidades, pero también puede afectar las arterias del corazón y el cerebro, aumentando el riesgo de infartos y accidentes cerebrovasculares”, dijo.
¿Cómo la EAP afecta las extremidades?
La EAP se inicia con la inflamación de las arterias, un proceso que puede ser desencadenado por condiciones como la diabetes y la hipertensión. «Las arterias inflamadas se debilitan con el tiempo, lo que provoca que las plaquetas se acumulen en sus paredes, reduciendo el flujo sanguíneo y estrechando el diámetro de las arterias».
Importancia de la detección temprana
«La detección temprana es esencial. Entre más temprano identifiquemos esta afección, más oportunidades tenemos de tomar medidas preventivas y recibir el tratamiento adecuado para frenar el daño en las arterias», destaca la Dra. Diago.
¿Cómo podemos prevenir la enfermedad arterial periférica?
“La clave está en la prevención y la detección temprana. Acudir a un médico y realizarse exámenes de laboratorio es fundamental para un diagnóstico preciso y una atención adecuada», advierte la Dra. Diago.
Esto incluye dejar de fumar, si es un hábito presente, mejorar la dieta reduciendo la ingesta de grasas saturadas y fomentar la actividad física, como caminar, que desempeña un papel fundamental en la ralentización del progreso de la enfermedad.
«Es importante destacar que la responsabilidad de cuidar nuestra salud recae en nosotros mismos, pero contar con un equipo de apoyo, que incluye médicos, nutricionistas y otros profesionales de la salud, puede hacer que el proceso sea más efectivo», añade la Dra. Diago.
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Avances tecnológicos en el diagnóstico
La prevención se ha convertido en una parte fundamental de la medicina moderna. Los médicos están enfocándose en educar a las nuevas generaciones sobre la importancia de prevenir enfermedades en lugar de solo tratarlas cuando ya se han desarrollado. Esto significa empoderar a las personas para que tomen decisiones informadas y responsables sobre su salud y estilo de vida.
Herramientas de diagnóstico
«Pequeños cambios en nuestra rutina diaria pueden marcar una gran diferencia a largo plazo. Por ejemplo, estacionarnos más lejos de nuestro destino, elegir las escaleras en lugar del ascensor o incluso dar un paseo después de una comida son decisiones que pueden contribuir significativamente a mejorar nuestra salud».
Desde una perspectiva tecnológica, la medicina ha avanzado considerablemente en el diagnóstico de la enfermedad arterial periférica. Por ejemplo, una prueba sencilla llamada «índice tobillo-brazo» nos permite evaluar la circulación sanguínea en las extremidades.
«Esta prueba no invasiva compara la presión arterial en los tobillos y los brazos, lo que nos ayuda a detectar posibles obstrucciones en las arterias y evaluar la salud vascular de un paciente», explica la Dra. Diago.
Cuando los resultados de esta prueba indican alguna alteración, sugiere que el paciente podría estar desarrollando esta condición. «En ese punto, es fundamental tomar medidas, que incluyen cambios en el estilo de vida y, en algunos casos, medicamentos. Si el paciente no responde a estas intervenciones en un período de tres a seis meses, se pueden realizar estudios de imágenes no invasivas, como una tomografía computarizada o una resonancia magnética, para identificar la ubicación y la gravedad del problema en las arterias».
Opciones de tratamiento
El tratamiento para la enfermedad arterial periférica varía según el momento en que se identifique la condición. Si se detecta temprano y se implementan cambios en el estilo de vida, como una dieta saludable y ejercicio regular, es posible revertir el daño y reducir los síntomas, lo que puede llevar a una recuperación completa.
Sin embargo, «si no se detecta a tiempo y la enfermedad progresa, es necesario centrarse en retrasar su avance y aliviar los síntomas. En estos casos, el tratamiento puede incluir medicamentos o cirugía para restablecer el flujo sanguíneo en las arterias afectadas», finalizó la Dra. Diago.
El ejercicio también desempeña un papel crucial en el control del colesterol y otros factores de riesgo cardiovascular. Sin embargo, es importante realizar ejercicio cardiovascular de forma constante, al menos tres veces a la semana durante 30 minutos cada vez, para elevar el colesterol HDL (colesterol bueno). El ejercicio cardiovascular, como caminar o correr, eleva el ritmo cardíaco y ayuda a mejorar los niveles de HDL, que actúa como un «limpiador» del cuerpo, reduciendo el colesterol malo.
“Mantener un equilibrio en los niveles de colesterol, controlar la presión arterial y seguir un régimen de ejercicios cardiovasculares son prácticas esenciales para la salud, especialmente en pacientes diabéticos”. Estos hábitos ayudan a prevenir complicaciones como la enfermedad arterial periférica y son clave para mantener un bienestar general.
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