Aunque la artritis psoriásica no tiene cura, la ciencia médica ha desarrollado una serie de opciones que ayudan a los pacientes a tener una mejor calidad de vida. ¿Te diagnosticaron con esa enfermedad autoinmune? BeHealth te cuenta algunos métodos de la mano del Dr. Paul Méndez Patarroyo, especialista en medicina interna y en reumatología.
En primera instancia, el galeno colombiano aseguró que “la artritis psoriásica es más frecuente de lo que pensamos” y por eso todos los médicos y pacientes de cualquier otra patología deben conocer su incidencia.
“Es una enfermedad que muchas veces no se piensa y que en muchas de las escuelas de medicina no son bien entrenados para detectarla. Es una enfermedad muy variada, con una heterogeneidad en la presentación y que puede afectar a mucha población: casi al 1% de la población, uno de cada 100 y de 30 a 40% de los pacientes con psoriasis pueden tener artritis psoriásica. Estamos hablando de que casi tres de cada mil personas pueden tener artritis psoriásica”, dijo.
Así se trata
Tras hacer ese panorama, el reumatólogo aseguró que esa condición “tiene varias formas de presentación” y, por ende, sus opciones de tratamiento varían dependiendo del tiempo de artritis psoriásica que se diagnostique en el paciente.
“Tiene formas de presentación de compromiso periférico, de articulaciones periféricas, y tiene una forma de presentación de compromiso axial”, aseguró el doctor. Es decir, cada tipo de artritis psoriásica se maneja diferente.
“El tratamiento va desde tratamientos no solo de medicamentos, sino tratamientos como terapia física, hábitos de vida saludable, bajar de peso, hacer ejercicio y el tratamiento psicológico, porque la enfermedad afecta mucho el ánimo”, explicó el galeno.
Los fármacos
Aunque durante años los medicamentos se han consolidado como noveles en el tratamiento para esta condición, existen algunos que pueden traer ciertos efectos secundarios. Sin embargo, hay varios que siguen ayudando con el dolor articular y las manifestaciones cutáneas que suele causar la artritis psoriásica.
“Hay tratamientos que van desde antiinflamatorios, que podemos tomar por episodios de crisis y para los casos leves, intentando no superar más de dos meses y mirando mucho el riesgo cardiovascular de los pacientes”, reflexionó el doctor, quien describió algunas de las comorbilidades que podrían enfrentar quienes viven con esa condición reumatológica.
“La artritis psoriásica puede aumentar el riesgo cardiovascular en el paciente: tanto la enfermedad como algunos de los antiinflamatorios pueden aumentar el riesgo de infartos”, advirtió.
Existen, de acuerdo al doctor colombiano, otro tipo de medicamentos llamados “modificadores de la enfermedad” que, según explicó, se utilizan “para cuadros más severos”.
“Vamos a los tratamientos ya de diana o de blanco específico, que los dividimos entre medicamentos de síntesis biológica, es decir, que son células programadas, cultivadas y mantenidas en unos estándares que producen un extracto purificado que bloquea algún paso de la inflamación”, destacó.
Otras opciones como la cirugía
El doctor Méndez, además, dijo que la ciencia ha podido descubrir una opción denominada “pequeñas moléculas que son ya bloqueadores intracelulares de algunos tratamientos”. Además, aseguró que cuando un paciente con artritis psoriásica tiene riesgo cardiovascular, se deben evaluar varios aspectos.
“Evaluar el riesgo de tener enfermedad coronaria o trombosis o derrame a nivel del sistema nervioso central. Entonces, si vemos que el riesgo es elevado, tenemos que hacer una intervención, ya sea si el riesgo se eleva por el colesterol elevado, damos tratamientos para controlar el colesterol. Si el riesgo se eleva por tensión elevada, damos tratamientos para disminuir la tensión. Si hay algún factor adicional, pues lo tratamos con ejercicio, como el sobrepeso”, analizó.
En casos más graves de artritis psoriásica, puede que sea necesario que el paciente se someta a reemplazo de alguna de sus articulaciones como que la condición sea “muy destructiva y genere erosiones en los huesos, deforme las articulaciones y las dañe”. Es en esos casos cuando las cirugía se enmarcan como opciones efectivas.
“Las articulaciones pueden requerir reemplazos: rodilla, cadera, hombro y codo. Hay una que es muy parecida a la artritis reumatoide, que compromete principalmente articulaciones medianas y pequeñas y es simétrica. Hay otra que tiende a ser monoarticular, que coge una sola articulación, como la rodilla, la cadera y el hombro, que tiende a cronificarse. Hay otra que se llama oligoartritis, que compromete entre dos o tres articulaciones. Hay otra que es de compromiso axial. Hay otro compromiso que llamamos dactilitis; hay otro compromiso que llamamos entesitis. Aparte de eso, también está el compromiso en las uñas, que muchas veces se hace parte del compromiso del manejo”, concluyó.