La dermatitis cenicienta se considera un trastorno benigno que se caracteriza por la presentación de lesiones de color gris o ceniza en varias zonas de la piel de personas sanas.
Esta condición cutánea es más frecuente en personas de América Latina y Asia y puede presentarse en cualquier etapa de la vida. Aunque su causa es desconocida, se cree que puede ser una reacción inflamatoria a un agente ambiental que genera un cambio persistente en la coloración de la piel.
Es importante destacar que esta condición no es contagiosa y en algunos casos, el diagnóstico es difícil, ya que no suele producir síntomas molestos sino solamente, signos visibles en diferentes partes del cuerpo.
Las personas pueden ver estas lesiones en áreas como los brazos, el cuello, el tronco y la cara.
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Alternativas de tratamiento
A lo largo de los años se han utilizado muchas opciones terapéuticas, incluyendo: esteroides tópicos, antibióticos, radiación ultravioleta y tratamiento láser, sin embargo, estas alternativas deben emplearse después de la confirmación de un diagnóstico y siguiendo las recomendaciones de un dermatólogo.
A nivel sistémico se han utilizado medicamentos como corticoesteroides. Sin embargo, en la actualidad no existe un tratamiento efectivo contra la enfermedad, por lo que la experiencia y el conocimiento del clínico es un aspecto por considerar.
La clofazimina es una opción que ha demostrado un éxito terapéutico. Es un medicamento antiinflamatorio y antimicrobiano que tiene una tendencia a pigmentar la piel en forma generalizada, por lo que se ocultan las lesiones de la dermatosis de cenicienta. Además, mediante su acción antiinflamatoria disminuye considerablemente la expresión.
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