Las piscinas ofrecen un refugio refrescante y momentos de diversión, pero para Alberto Martín, instructor de natación y experto en seguridad acuática en Scuba Dogs, la pregunta clave es: ¿cómo podemos disfrutar de estos oasis de agua de manera segura y saludable? Martín comparte sus conocimientos y consejos para navegar por el mundo acuático con conciencia y plenitud.
En su enfoque, Martín desglosa los dos pilares fundamentales para convertirse en «personas acuáticas»: la técnica de desplazamiento y la seguridad acuática. «El agua plantea una pregunta fundamental: ¿cómo podemos convertirnos en personas acuáticas?» señala. Martín destaca la diversidad de técnicas de desplazamiento, desde el estilo libre hasta la mariposa, cada una ofreciendo formas únicas de moverse en el agua.
La seguridad acuática, según Martín, es igualmente esencial. Él explica que implica desarrollar un juicio sólido para tomar decisiones inteligentes en entornos acuáticos variados. Ya sea en la presencia de niños, peligros, corrientes de resaca o cuerpos de agua profundos, Martín enfatiza la necesidad de evaluar cuidadosamente las circunstancias para garantizar un comportamiento seguro.
«La seguridad acuática también abarca el desarrollo de habilidades para manejar posibles riesgos,» advierte Martín. Esto incluye aprender a flotar en situaciones de ahogo y brindar ayuda a quienes la necesitan. Martín subraya que estamos expuestos a factores de riesgo y es fundamental aprender a maximizar los beneficios del deporte acuático mientras mantenemos la salud como prioridad.
Al hablar de los beneficios de la natación, Martín va más allá de lo físico. «La natación no solo es una actividad física, sino también una forma de promover la salud mental y emocional», destaca. Animando a explorar estos beneficios, Martín guía hacia una inmersión consciente y segura en el apasionante mundo acuático.
Por otro lado, Martín resalta la importancia de ver la natación como una habilidad fundamental que nos abre las puertas a diversas disciplinas acuáticas. Desde kayak y snorkel hasta buceo y surf, aprender a nadar nos conecta con la naturaleza y nos permite explorar la riqueza del entorno marino que nos rodea.
En cuanto a la edad para aprender a nadar, Martín reconoce que es posible hacerlo en cualquier momento, pero destaca la importancia de la prontitud. «Cuanto antes se adquiera esta habilidad, mayores serán las oportunidades para disfrutar de actividades acuáticas y conectarse con la naturaleza desde temprana edad», aconseja.
Dirigiéndose a los padres, Martín insiste en la importancia de enseñar a nadar desde temprano y asume que la responsabilidad recae en los adultos cuando un niño no sabe nadar. «La supervisión constante y dedicada es fundamental para garantizar la seguridad del niño en entornos acuáticos”, recalca.
Martín, aunque reconoce la atracción innegable del agua, no escatima en señalar la trágica realidad de los casos de ahogamiento, la principal causa de muerte en niños de 1 a 4 años a nivel mundial. Asimismo, estaca la densidad del agua, 800 veces mayor que la del aire, como un factor que crea una fuerte conectividad y resalta la importancia de entender los riesgos asociados.
En su experiencia con niños con diversas condiciones, incluyendo autismo, Martín resalta la poderosa conectividad en el agua. «La conectividad en el agua, ya sea con otras personas o con la vida marina, es poderosa,» observa. Además, destaca las recomendaciones médicas que respaldan el agua como un medio beneficioso para diversas condiciones, desde la recuperación de lesiones musculares hasta el fortalecimiento de áreas específicas en personas hipotónicas.
Martín lamenta que, en Puerto Rico, algunas personas, debido a diversos miedos, no aprovechen los beneficios del agua. Él anima a superar esos temores al señalar que «aprender a nadar es algo natural,» y las técnicas enseñadas permiten comprender la física detrás de la natación de manera más completa.
En última instancia, Martín invita a todos a abrirse a la experiencia natural y enriquecedora de aprender a nadar. «Todos buscamos calidad de vida y disfrute, y las riquezas que el agua puede ofrecer son numerosas,» concluye. Es una lástima, según él, que muchos aún no estén explorando este vasto mundo acuático debido a temores variados.
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