La esclerosis múltiple o EM es una enfermedad autoinmune que ataca al sistema nervioso central, compuesto por el cerebro y la médula espinal. Esta enfermedad suele aparecer entre los 20 y 40 años y afecta en promedio a 2 mujeres por cada hombre.
En efecto, es una enfermedad progresiva, que desde el principio puede caracterizarse por una gran fatiga, trastornos «motores» como la debilidad muscular, trastornos visuales, pérdida de sensibilidad con hormigueo en las extremidades e incluso dolor. Estos síntomas se manifiestan con mayor frecuencia durante los «brotes» o ataques neurológicos que pueden durar desde unas pocas horas hasta varios días.
Si bien en los primeros años de la enfermedad, en la mayoría de los casos, los ataques no dejan secuelas, después de unos quince años, las secuelas persisten y pueden aparecer discapacidades, en particular dificultades para caminar. Sin embargo, el curso de la enfermedad varía mucho de un individuo a otro.
Beneficios de la dieta como tratamiento alternativo para la esclerosis múltiple
Hacer dieta para reducir los síntomas de la esclerosis múltiple tiene muchos beneficios, permite:
- Aliviar los síntomas
- Frenar la progresión de la enfermedad
- Prevención de la recaída
- Adoptar un estilo de vida general saludable
- Alcanzar y mantener un peso saludable
- Mantener la salud del cerebro
- Disponer de un suministro óptimo de micronutrientes
Dieta Especial para la esclerosis múltiple: recomendaciones dietéticas
Para reducir los síntomas de la esclerosis múltiple, la dieta puede ser una verdadera alternativa de tratamiento. Reduciendo la ingesta calórica diaria y eligiendo los alimentos adecuados, es posible recuperar una mejor calidad de vida. Se recomienda consumir más alimentos ricos en Omega-3 y vitamina D. En general, una dieta predominantemente basada en vegetales también ayudaría a prevenir recaídas y a reducir los síntomas de la esclerosis múltiple.
Comer menos
Hay una relación inversa entre la alta ingesta de calorías y el riesgo de esclerosis múltiple. Se recomienda que se reduzcan las calorías que se consumen, especialmente las calorías de los alimentos que no tienen un alto valor nutritivo. Comer menos protegería contra las enfermedades neurodegenerativas y podría ser eficaz para frenar la progresión de la esclerosis múltiple reduciendo el daño oxidativo.
Pequeñas acciones son suficientes para disminuir la ingesta diaria de calorías. Por ejemplo, puede reducir el tamaño de las porciones, dejar de comer antes o después de la cena y comer el postre solo ocasionalmente. Además, practicar una mejor escucha de las señales de hambre y saciedad es a menudo la mejor manera de reducir las calorías sin contarlas.
Omega-3
Los estudios todavía divergen sobre el lugar de los ácidos grasos poliinsaturados en la dieta para reducir los síntomas de la esclerosis múltiple. Además, dada la naturaleza generalmente saludable de los ácidos grasos poliinsaturados, se recomienda encarecidamente que se los favorezca frente a los ácidos grasos saturados.
Es preferible consumir más fuentes vegetales de omega-3 en lugar de omega-6, ya que los omega-6 están presentes en cantidades demasiado grandes en nuestra dieta básica.
Las fuentes de Omega-3 que se incluirán en la dieta especial para la esclerosis múltiple son:
- Linaza y aceite de lino
- Aceite de colza
- Aceite y semillas de cáñamo
- Nueces
- Aceite y frijoles de soya
- Aceite y germen de trigo
- Semillas de calabaza
Vitamina D
Varios estudios publicados en los últimos años han vinculado la falta de vitamina D con la incidencia de enfermedades autoinmunes, como la esclerosis múltiple. Se cree que la vitamina D tiene un efecto protector sobre el sistema inmunológico, que puede prevenir la aparición de la enfermedad o limitar su gravedad una vez que se produce.
La deficiencia de vitamina D, especialmente en la pubertad, parece predisponer a la esclerosis múltiple. Desafortunadamente, los datos actuales no nos permiten determinar si la suplementación de vitamina D más allá de la ingesta inicial de nutrientes puede influir en el curso de la enfermedad en los humanos.
Además, dada la alta incidencia de la osteoporosis en las personas con esclerosis múltiple, se suele indicar la toma de un suplemento de calcio y vitamina D.
Vegetales
Una alta ingesta de proteínas vegetales y granos enteros está relacionada con un menor riesgo de esclerosis múltiple. Son preferibles las legumbres, las nueces y las semillas. La dieta mediterránea puede estar indicada para personas con esclerosis múltiple, pero deben realizarse estudios clínicos para confirmar su eficacia.
Actividad física
Para llevar un estilo de vida más saludable y quemar algunas calorías, la actividad física debe realizarse durante 30 minutos al día. Te permite sentirte mejor y detener el avance de la enfermedad.