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Dieta antiinflamatoria, ¿Qué es lo nuevo?

La Lcda. Laura M. Hernández, dietista -nutricionista, destacó los estudios adelantados en cuanto a los alimentos que se deben o no consumir para favorecer la calidad de vida de los pacientes con enfermedades inflamatorias.

La nutricionista señaló que algunos factores ambientales como el lugar en el que se vive, la dieta que se maneja, alteraciones en el sistema inmunológico, predisposición genética y el microbioma intestinal pueden agravar aun mas los síntomas de las condiciones.

¿Qué es el microbioma intestinal y por qué es el tema del momento?

Un grupo de bacterias que viven en el tracto gastrointestinal y tienen una función muy importante en la nutrición, el metabolismo, la defensa en contra de las enfermedades y la absorción de nutrientes.

“Se ha observado que el paciente de Crohn y colitis tiene un desbalance en este grupo de bacterias, con mayor cantidad de bacterias proinflamatorias y menor cantidad antiinflamatorias», aclaró.

Y añadió que lo que aun no se logra determinar es si el desbalance de las bacterias aporta al desarrollo de las enfermedades o viceversa.

Dieta antiinflamatoria

Esta propuesta dietaría se desarrolló en la Universidad de Massachussets para manejar síntomas de las EII, promoviendo la absorción de nutrientes y la buena nutrición, buscando restaurar el balance del microbioma al eliminar bacterias malas del intestino

La dieta tiene cuatro componentes principales

  • Se deben incluir alimentos pre- y probióticos
  • Yogur
  • Quesos añejados /Cheddar, parmesano y suizo)
  • Miso
  • Pepinillos fermentados, miel, repollo fermentado.
  • Prebióticos
  • Remolacha, zanahoria, avena, yuca, semillas de lino y chía, cebolla y ajo.
  • Evitar ciertos tipos de carbohidratos
  • Alimentos con lactosa, trigo, azúcar refinada y maíz.

“Estos alimentos alimentan las bacterias malas y promueven la inflamación del intestino”, resaltó.

  • Mantecado, leche de vaca, panes, pastas, galletas, dulces, refrescos, productos de repostería, popcorn, cereales listos para comer y plantillas de maíz.

“Es importante leer la etiqueta nutricional e identificar los alimentos que contengan componentes no apropiados para la dieta antiinflamatoria, porque quizás a simple vista no se pueden identificar”, recalcó la dietista.

  • Se recomienda eliminar las grasas trans

Son grasas muy dañinas para el sistema cardiovascular, además de que aportan a la inflamación del cuerpo.

  • Las grasas se encuentran en productos de repostería, pollo frito, empanadillas, carnes altas en grasas como las salchichas y jamonilla y comidas rápidas como hamburguesas o pizza.
  • Promover la buena nutrición

La licenciada destacó que esta dieta se basa mucho en incorporar variedad de frutas y vegetales por ser ricos en nutrientes, vitaminas y minerales.

Asimismo, el aumento en fuentes de proteínas magras y grasas saludables como legumbres, pescados, huevos, nueces, aguacate, aceite de oliva.

Además, la dieta limita la ingesta de grasas saturadas a menos de 5g/servicio tales como mantequilla, cortes de carne altos en grasa y embutidos.

“Estos cuatro componentes ayudan a reducir la inflamación intestinal, a promover la sanación del tejido enfermo y ayuda a restaurar el balance del microbioma intestinal”, advirtió.

Consideraciones adicionales

  • Identificar deficiencias e intolerancias nutricionales de forma individual de la mano de un nutricionista-dietista.
  • Alterar la consistencia de los alimentos.

Para síntomas continuos: alimentos en forma de purés, suaves y bien cocidos.

Para síntomas intermitentes, alimentos cocidos, suaves y sin semillas, incorporando otras consistencias.

Pacientes en remisión, los alimentos dependen de la tolerancia particular del paciente y puede mezclar texturas.

La dieta fue planteada en Estados Unidos y considerando los hallazgos alcanzados, en Puerto Rico se busca evaluar si se puede adaptar esta dieta en la población de Puerto Rico.

Se busca adelantar este estudio ya que no existe una guía dietaría para las EII y se busca crearla para ofrecer a los pacientes con esta condición que muestra un aumento en la incidencia y prevalencia desde 1990.

“Hay muy poco conocimiento sobre qué exactamente están comiendo los pacientes con Crohn y colitis ulcerosa en nuestro país”, resaltó la Lcda.

 De esta manera, se busca eliminar la inseguridad alimentaria y que los pacientes puedan gozar de un acceso a alimentos saludables y seguros.

El Hospital Pediátrico Universitario y el Recinto de Ciencias Médicas adelantan un estudio con una población entre los 15 y 65 años, para descubrir si en un futuro la dieta antiinflamatoria reduce los síntomas que tanto afectan a los pacientes con EII.

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