Quizá te suene cliché, pero debes saber que manejar una dieta sana y dejar de lado los alimentos ultra procesados, ricos en grasas trans, entre otros, contribuye al óptimo estado de tu piel. ¿Lo sabías?
Existen múltiples estudios que aseguran que los pacientes que basan su alimentación en la dieta mediterránea, que consiste principalmente en ingerir frutas y verduras, tienen una dermis más cuidada y reducen el riesgo de padecer acné y otras anomalías dermatológicas.
Lácteos
Por ejemplo, según informó la Dra. Vivian Shi, profesora asociada de dermatología en la University of Arkansas for Medical en Estados Unidos, algunos productos a base de leche podrían incidir en el acné debido a que, en algunos casos, hay ciertos organismos que la digieren más lento, por lo que podrían existir ciertas anomalías.
Es más, la galena advierte que la leche descremada suele ser una de las que, a pesar de no tener grasa, también puede aumentar el acné, por lo que recomienda mirar otras opciones para acompañar los desayunos o la merienda.
Algunas recomendaciones de la doctora para pacientes con acné son: dietas paleolítica y mediterránea, ácidos grasos omega-3, ácidos gamma-linolénicos, vitamina D, zinc, tubérculos, legumbres, verduras, frutas y pescado.
Hidradenitis supurativa
Igualmente, la dieta mediterránea juega un rol indispensable para los pacientes con esta grave enfermedad de la piel que se caracteriza por la aparición de protuberancias en las axilas o la ingle.
No obstante, existen varios análisis que ratifican que los pacientes que ingieren frutas y verduras sobre proteínas, presentan síntomas menos graves; además, tienen menor riesgo de inflamación y tendrían una mejor adherencia al tratamiento.
La citada doctora también dejó algunos tips nutricionales para los pacientes con esta condición: “Seguir una dieta mediterránea, evitar los alimentos ricos en grasas y los alimentos altamente procesados, y comer más verduras, frutas frescas, cereales a base de maíz, carnes blancas y pescado”, señala la académica.
Rosácea
Existe otra condición dermatológica que rara vez se escucha mencionar pero que suele afectar al rostro y ocasiona enrojecimiento, espinillas, hinchazón y vasos sanguíneos pequeños y superficiales dilatados. La alimentación, aunque no lo creas, es indispensable para tratarla.
Inclusive, varios estudios han demostrado que quienes la sufren y a su vez comen alimentos ricos en grasas tendrían mayor riesgo de que la enfermedad empeore y se desencadenen otros estadios de la condición.
“La ingesta frecuente de productos lácteos se correlacionó negativamente con la rosácea eritematotelangiectásica y la rosácea papulopustular, lo cual fue una sorpresa”, advirtió la Dra. Shi.
A su vez, le pidió a los pacientes que quieran consumir esos alimentos que tengan cuidado con ellos y con el pollo, los crustáceos, el café y algunos tipos de dulces. Por el contrario, se pueden sustituir con la dieta mediterránea y otros suplementos que te prescriba el doctor.