La diabetóloga y nutrióloga del Centro Médico de Diabetes, Obesidad y Especialidades (CEMDOE), Jenny Cepeda, alertó a la población sobre la importancia de incluir e inculcar cambios alimenticios desde la familia como una forma de prevenir la obesidad.
En el marco del Día Mundial de la Obesidad, la especialista detalló importantes recomendaciones para la prevención y la adopción de hábitos para una vida más saludable que pueden reducir el riego de sufrir obesidad, la cual está en aumento a nivel mundial, según estudios.
“Hay que iniciar desde los padres, tutores o cercanos inculcando a nuestros hijos modelos dietéticos saludables, reducir o eliminar el consumo de bebidas azucaradas, incluir alimentos saludables en la lonchera escolar; que puedan desayunar antes de ir al colegio y que podamos integrar actividades familiares más frecuentes todos los días, si es posible”, explicó, invitando a, en tiempos de ocio, incluir actividades físicas como caminar, hacer ejercicios juntos, dinámicas que sean activas para que puedan tener cambios en los patrones saludables desde temprana edad.
La nutrióloga sostuvo que la razón por la que cada vez aumentan más las estadísticas de la obesidad es por qué nuestra ingesta es alta en hidratos de carbono, alta en azúcares simples (jugos, dulces, bebidas azucaradas, bizcocho, alcohol), baja en fibras y baja en verduras que son bajas en calorías, un aumento exagerado en las cantidades de grasas saturadas, alimentos fritos, pocas frutas y reducción marcada en la actividad física e inactividad en el tiempo de ocio.
Dietas restrictivas no supervisadas no funcionan
Además, alertó sobre hacer cosas inadecuadas para bajar de peso tales como someterse a dietas muy restrictivas en corto plazo, en las que no se tiene una pérdida fisiológica y pronto va a recuperar el peso que ha perdido o aún más; o utilizar suplementos no certificados, o no recomendados por un especialista de salud.
“Es importante identificar historiales clínicos como son arritmias, situaciones renales, afecciones cardíacas, antes de introducir cualquier suplemento con estimulantes o con cualquier sustancia que pueda ser dañina a lo largo del tiempo. Evaluar la causa de la obesidad puede ir más allá que una ingesta descontrolada o inactividad. Hay que descartar situaciones patológicas asociadas, medicamentos que lo puedan estar provocando, desórdenes psiquiátricos, trastornos neurocognitivos, entre otros”, detalló.
Explicó que lo importante es que nunca es tarde para iniciar cambios en el estilo de vida y que el éxito de estas terapias es hacer pequeños cambios, con frecuencia, intensidad, y persistencia a lo largo del tiempo. Trazar metas iniciales para no crear frustraciones en medio de este proceso.
Obesidad también afecta la autoestima y relaciones
La psicóloga de CEMDOE Kristie Belliard agregó que la obesidad afecta significativamente la autoestima de la persona. “Las personas con obesidad tienen una imagen corporal distorsionada, lo que a menudo resulta en una baja autoestima y autoconfianza impactando la calidad de las relaciones interpersonales”.
Suelen experimentar estigma social y discriminación, lo que lleva a sentimientos de aislamiento y soledad, limitando su capacidad para participar en actividades sociales, laborales, familiares y deportivas, además de que el descanso se ve afectado, abriendo la puerta de los trastornos del sueño, como el síndrome de apnea del sueño y esto influye en funcionamiento de una persona durante el día, entrando así en un círculo donde la comida, la imagen corporal y las emociones se ven implicadas.
Además, la obesidad puede aumentar el riesgo de enfermedades crónicas, como la diabetes, enfermedades cardiovasculares y/o metabólicas en general disminuyendo la satisfacción y la sensación de bienestar.
“La comprensión de los efectos negativos de la obesidad en la vida diaria de una persona puede ayudar a los profesionales de la salud a proporcionar un enfoque holístico y centrado en el paciente para su tratamiento y prevención”, puntualizó.