Como miembro de una familia en la que muchos de sus integrantes son trabajadores de la salud, el Dr. José Augusto Román Ramos, cardiólogo invasivo, tuvo desde joven el deseo de ser médico. Mientras asistía a una clase de fisiología, se dejó cautivar por la fisiología cardiovascular.
“En la Universidad de Puerto Rico, en la clase de fisiología, me encantó la fisiología cardíaca y ahí tomé la decisión de que definitivamente quería ser cardiólogo”, sostuvo.
Para reafirmar su idea de ser médico puso fin a las pocas dudas que quedaban participando en un programa de verano de la Fundación García Rinaldi, donde reafirmó sus deseos de dedicarse a esta profesión.
“La experiencia con la fundación y la cercanía con mi tío, quien también es cardiólogo, fueron claves para elegir esta profesión”, destacó.
El Dr. Román, quien además de ser cardiólogo, es padre de cinco hijos, destaca que su familia es la razón que lo motiva a enfocarse en su carrera y a buscar ser un excelente profesional día a día.
“La familia me ha ayudado a motivarme. Mi esposa y mis hijos son mi motivación”, aseveró.
Para encontrar un equilibrio entre su profesión y el tiempo en familia, el Dr. Román reconoce que gran parte de este éxito para poder hacerlo se debe al apoyo incondicional de su esposa, a quien agradece su dedicación y acompañamiento para alcanzar ese balance que le permite tener espacio para compartir con la familia y cumplir con la parte laboral y sus estudios.
Reconoce ser un padre que ama apoyar a sus hijos en las actividades escolares y extracurriculares, especialmente en el juego del voleibol que aman sus niños. A su vez, disfruta de los paseos a la playa y el turismo local en Puerto Rico en familia.
“Mi esposa es la mano dura, es la del orden y yo trato de no regañar mucho”, señaló entre risas al describir su papel como padre, describiéndose como “el consentidor”.
Recuerdos de la época de estudio
Como parte de la primera clase de graduandos del 2019 del Instituto Cardiovascular San Lucas, el Dr. Román recuerda que tuvo la oportunidad de poder hacer su entrenamiento en procedimientos invasivos como cateterismo y estudios transesofágicos así como de poder tratar a pacientes con diferentes condiciones y estratos sociales, lo que le dio la oportunidad de ser un médico completamente entrenado.
El Dr. Román destaca que pudo realizar un entrenamiento en cardiología completo que le ha permitido alcanzar el éxito en el cuidado de muchos de sus pacientes.
“Recuerdo y me siento satisfecho de haber tenido pacientes con fallo cardíaco a temprana edad y de haber estado con ellos en el manejo de sus tratamientos, tanto con medicamentos como en la parte multidisciplinaria, que ha resultado exitosa. Actualmente los veo en la oficina y podemos celebrar que estén bien y que tengan una buena calidad de vida», afirma el cardiólogo invasivo.
Para el especialista en cardiología es clave nunca olvidar la parte humana que está detrás de los profesionales y por ello destaca la importancia de ofrecer a los pacientes el trato que se merecen.
“Nosotros como médicos somos instrumentos para que la comunidad y los pacientes puedan tener mejor calidad de vida, puedan disfrutar con sus familias y las cosas que les gustan. El éxito más grande es cuando ves al paciente que se fatigaba, que le dolía mucho el pecho y no podían hacer nada, entrar a tu oficina y que sea como una “camaradería”, una relación más de amigos porque están agradecidos por el trato y porque pueden hacer sus cosas”, resaltó el Dr. Román.
Pacientes que han impactado su vida
El Dr. Román recuerda que, tras evaluar a una paciente joven de 40 años, fue diagnosticada con fallo cardíaco, trombo en el ventrículo izquierdo, embolia pulmonar, con una función cardíaca de menos del 10%, que no podía levantarse de la cama porque le faltaba el aire y que durante el proceso de tratamiento tuvo evaluación para un trasplante.
El impacto de ver tantas condiciones en esta joven mujer lo llevó a brindar un acompañamiento con ayuda de medicamentos y apoyo multidisciplinario, lo que hoy le permite a esta mujer visitar la oficina del Dr. Román con una mejora significativa de su fallo cardíaco y un buen estado de salud.
Además, no olvida el caso de otra mujer, maestra, con antecedentes familiares de enfermedad coronaria que debutó con enfermedad de tres vasos coronarios y quien, luego de cirugía, pudo recuperar su estado de salud.
Consciente de que los pacientes deben estar bien para disfrutar de sus pasiones y hobbies, el Dr. Román sabe disfrutar también de los suyos. Por eso, además de contribuir al bienestar de la comunidad, contribuye al crecimiento del Instituto Cardiovascular San Lucas desde la enseñanza.
«Una de las cosas más importantes es que a mí me gusta la enseñanza y la academia, y así como una vez lo hicieron conmigo, hoy tengo la oportunidad de formar parte del Programa de Entrenamiento en Cardiología del Hospital San Lucas. Así puedo enseñar tanto en charlas como en la participación en los procedimientos que yo realizo, como los ecoendoscópicos y los cateterismos, entre otros», señaló.
Como participante en un programa de entrenamiento, sabe que la medicina requiere actualizaciones constantes, por lo que no deja de prepararse y estudiar. Reconoce que sus estudiantes tienen un deseo de aprender que lo impulsa a mantenerse actualizado y le exigen mantenerse al día.
«Es una relación en la que el maestro y el aprendiz se ayudan mutuamente a seguir expandiendo conocimientos», mencionó.
Sobre los avances en la cardiología, el Dr. Román destaca que la parte quirúrgica y los procedimientos mínimamente invasivos han evolucionado en favor de la salud cardiovascular de manera sorprendente. Procedimientos como el reemplazo de válvulas por catéter y cambios en el área de la electrofisiología para el manejo de arritmias cardiacas complejas por medio de ablaciones han beneficiado a muchos pacientes.
Además, destaca cómo un grupo de profesionales dentro del área de la cardiología se especializa desde la parte anatómica hasta la parte eléctrica del corazón, lo que sin duda permite ofrecer mejores tratamientos al paciente y diagnósticos más precisos.
Para el cierre, el Dr. Román envió un mensaje a quienes desean estudiar medicina, recordándoles que «es un camino en el que debemos enfocarnos principalmente en la meta, que es terminar medicina, porque muchas veces se ve como una carrera larga, pero cuando uno termina y ve las recompensas y lo que puedes hacer por los demás es algo muy especial. Conocer el cuerpo y saber cómo tratarlo es algo muy especial y si esa es la profesión que te interesa y estás enfocado en lo que te interesa y te gusta, no hay obstáculo que te pueda vencer”.