Las personas que viven con artritis psoriásica (AP) suelen presentar múltiples comorbilidades, lo que agrava los desafíos para su salud. Más de la mitad de quienes tienen AP también desarrollan otras enfermedades, y alrededor del 40% enfrentan tres o más comorbilidades. Entre las más comunes están la obesidad, la diabetes tipo 2, el síndrome metabólico y la enfermedad del hígado graso no alcohólico. Estas afecciones metabólicas aumentan el riesgo de enfermedades cardiovasculares, lo que complica el tratamiento y disminuye la calidad de vida.
La obesidad afecta al 45% de las personas con AP, lo que no solo incrementa el riesgo de desarrollar esta enfermedad, sino que también empeora los síntomas y reduce la efectividad de los tratamientos. Por su parte, el síndrome metabólico, que combina obesidad abdominal, hipertensión y alteraciones en los lípidos, es más frecuente en quienes viven con artritis psoriásica, afectando su capacidad para controlar la enfermedad.
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En cuanto a la diabetes tipo 2, se ha observado que las personas con AP tienen un 43% más de probabilidades de desarrollarla en comparación con la población general.
La enfermedad del hígado graso también es un problema común entre quienes padecen AP. Esta enfermedad, que implica acumulación de grasa en el hígado, puede llevar a daño hepático grave si no se controla, y es más difícil lograr una baja actividad de la AP en quienes la presentan.
La inflamación crónica, los medicamentos utilizados para tratar la artritis psoriásica y ciertos hábitos de vida contribuyen al desarrollo de estas comorbilidades. Por lo tanto, mantener la inflamación bajo control y adoptar un estilo de vida saludable, que incluya la pérdida de peso, puede mejorar la respuesta al tratamiento de la AP y reducir el riesgo de complicaciones metabólicas y cardiovasculares.
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