El envejecimiento cerebral es uno de los temas que, a partir de los 60 años, es prioritario en la salud de cada adulto mayor. Sin embargo, la falta de prevención y atención, instó a la PAHO y la OMS a elevar este proceso a una fase de alarma, sobre todo en Latinoamérica. Las autoridades estiman que, para el año 2050, más del 35% de la población de esta parte de las Américas, podrían tener más riesgos de adquirir enfermedades como Alzheimer y la demencia, como también otras condiciones neurodegenerativas.
De acuerdo a los últimos informes, en América Latina se han reportado aproximadamente 8 millones de personas viviendo con alguna de estas condiciones neurodegenerativas. «La cifra podría triplicarse», dicen los expertos, quienes a su vez resaltan a Brasil y México como los países más afectando: juntos asumen el 60% de afectaciones.
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¿Qué pasa en Puerto Rico?
Según estadísticas de Alzheimer’s Association, en Puerto Rico la población envejece rápidamente, lo que enciende igualmente las alarmas en los especialistas: también se podría triplicar los casos para dentro de 25 años. Actualmente, aproximadamente 72.000 personas en la isla padecen de Alzheimer u otra forma de demencia.
A término general en Estados Unidos, la asociación indica que existen cerca de 7 millones de personas identificadas con Alzheimer, lo que significa que 1 de cada 3 adultos sufre esta enfermedad. Indican que para este 2024 las condiciones de demencia podrían costarle a la nación 360 millones de dólares, una cifra que se estima podría triplicarse para el 2025 a 1 billón de dólares.
Según los expertos de Alzheimer’s Association, cerca del 70% de los cuidadores de estos pacientes con enfermedades causados por el envejecimiento cerebral, podrían estar sufriendo de estrés y falta de coordinación.
Factores de riesgo y prevención
Los expertos de la OMS señalan que factores como la hipertensión, la diabetes, la obesidad, y la falta de actividad física incrementan el riesgo de desarrollar problemas cognitivos en la vejez. En Puerto Rico, más del 40% de la población mayor de 60 años vive con alguna enfermedad crónica, lo que aumenta las probabilidades de deterioro cognitivo.
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Estudios recientes, citados por la OMS, sugieren que mantener un estilo de vida saludable que incluya ejercicio regular, una dieta equilibrada, y actividades cognitivamente estimulantes, puede reducir el riesgo de demencia en hasta un 35%.
Desigualdades
Este componente no sólo tiene un factor de atención en salud: La investigación liderada por el neurocientífico Agustín Ibáñez revela cómo la contaminación del aire y las desigualdades socioeconómicas influyen significativamente en el envejecimiento cerebral, especialmente en poblaciones de países con mayores niveles de inequidad, como los de América Latina en comparación con los del Norte global.
«Y encontramos que la contaminación o la inequidad estructural son predictores de la edad cerebral en Latinoamérica. Es decir, que las personas tienen un envejecimiento cerebral acelerado vinculado con factores como el ambiente y la desigualdad”, dijo Ibáñez.
Utilizando inteligencia artificial, datos de neuroimágenes, y estudiando los relojes cerebrales entre participantes de Latinoamérica y el Norte global en un grupo de más de 5000 participantes de 15 países, se encontró que, en las regiones más desfavorecidas, la exposición a altos niveles de polución y la falta de acceso equitativo a la salud contribuyen a un envejecimiento cerebral acelerado. La desigualdad estructural, medida a través de indicadores como el coeficiente de Gini, y la contaminación del aire, evaluada mediante datos de la OMS, son predictores clave en este proceso, según los autores.
En estas poblaciones, las personas presentan edades cerebrales mayores a las que corresponderían según su edad cronológica, lo que evidencia una relación directa entre las condiciones ambientales y las disparidades socioeconómicas con la aceleración del deterioro cognitivo y la aparición temprana de demencias.