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La lucha de Judith contra la endometriosis, una enfermedad silenciosa

«Mi primera menstruación fue a los trece años y estas siempre fueron muy dolorosas, pero todos decían que era normal» así relató Judith Arguelles a BeHealth, una paciente con endometriosis que decidió compartir con todos nosotros su testimonio.

Sin embargo, a pesar de que sus síntomas eran cada vez más fuertes, tuvieron que transcurrir varios años para que ella y los médicos se percataran de que -lo que le sucedía- no era precisamente «normal». No fue hasta después de su segundo parto, que Judith fue diagnosticada con endometriosis.

Y es que esta es una enfermedad que ha sido prácticamente silenciada por muchos años: una de cada diez mujeres sufre esta enfermedad, pero pocas personas la conocen. Ocurre cuando el tejido endometrial que recubre el útero se extiende a los ovarios, las trompas de Falopio, el intestino, la vejiga o el recto, pero también en el tórax o el pulmón y ocasiona fenómenos inflamatorios que causan dolor.

El dolor que se produce durante la menstruación se considera «normal» y no se establece necesariamente el vínculo con la endometriosis. Sin embargo, esta enfermedad invisible afecta a la integridad de la mujer y a su feminidad, dejando secuelas psicológicas en cuanto al peso de la vida cotidiana.

El diagnóstico de Judith

«Ya mis males tenían un nombre», comentó Judith, una enfermedad que por tantos años fue normalizada por su entorno. Fueron muchos años así, viviendo cada período con la incógnita de un dolor punzante que debía soportar porque se suponía que era «normal”, porque “es condición de ser mujer” y porque “debes acostumbrarte” hasta el punto de creer que se trataba de algo completamente normal. Sus tratamientos radicaban en algunos analgésicos o tés para controlar el dolor que mes a mes se convertía más intenso.

«Era parte de mi vida. Muchos me decían que el dolor desaparecería cuando tuviera hijos» y, paradógicamente, en este momento de su vida fue cuando realmente pudo ser diagnosticada.

«Cuando fui diagnosticada ya yo sabía algo del tema porque cuando tuve mi primer hijo el doctor me dijo que podría tratarse de endometriosis, pero yo seguí con mi vida, restando importancia al asunto y tolerando los terribles dolores y sangrados», expresó la entrevistada.

Vivir con endometriosis

Lo más difícil, según nos comenta Judith, era el dolor incapacitante: «No tenía calidad de vida. Mi familia me veía acostada llorando terriblemente por un dolor que no tenía explicación alguna».

Adicionalmente, la endometriosis oculta afectaba a Judith en su vida sexual debido a los constantes sangrados.

Su vida laboral también se vio afectada por el dolor o el propio sangrado: «Siempre vivía insegura porque podía manchar mi ropa, algo que me pasó muchas veces».

«Siempre estaba atenta por si tenía sangrado. Además, me volví adicta a los analgésicos, ya no sabía cuál más tomar. Los días de sangrado prefería no salir a ningún lado. Cuando andaba por la calle, a veces tenía que parar y simplemente retorcerme de dolor. Debía usar ropa holgada y oscura por si acaso». 

Tratamientos

La endometriosis no tiene cura y el tratamiento, que puede ser farmacológico (hormonas y anticonceptivos) o quirúrgico, es para aliviar los síntomas y reducir el dolor. Por su parte, Judith intentó varios tratamientos, tanto naturales como farmacológicos a los que pudo acceder, sin resultados positivos. Finalmente, debió recurrir a la cirugía.

«Yo fui operada 5 veces por esta enfermedad. Aún espero por otra operación porque, al realizar la histerectomía, tuvieron que afectar el colon; mi útero ya estaba muy adherido a él. Finalmente, me realizaron una colostomía, lo que quiere decir que vivo las consecuencias de esta enfermedad», detalló Judith.

Judith, sin embargo, considera que la mejor manera de superar las adversidades que plantea la endometriosis es cuidando mucho nuestras emociones y apoyarnos en la familia. Además, la voluntad de querer estar sano y sobre todo manteniendo la fe en Dios. Por último, nos comentó que desea que su testimonio haga eco y que la endometriosis deje de ser tabú en nuestra sociedad donde es difícil hablar de la sexualidad, la enfermedad y el cuerpo:

«Nunca desistan de querer curarse, buscar por todos los medios la forma de lograrlo, motivarse, aspirar a una mejor calidad de vida. No se vuelvan adictas a los analgésicos. Hay muchos avances sobre esta enfermedad. Lean, busquen información. Lo que sea por la salud», finalizó Judith.

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