Quizá de las principales dudas que embargan a los pacientes con enfermedad arterial periférica es saber cómo se diagnostica la condición. En BeHealth nos unimos a la Dra. Darcy Diago, Médico Residente en Medicina Interna, quien dio pormenores al respecto.
De acuerdo con la especialista, lo primero que se hace es preguntarle al paciente sobre “los factores de riesgo que nos pueden estar predisponiendo” a la patología. Luego se realiza el análisis de los síntomas característicos de la enfermedad para determinar un rumbo mediante “el historial médico bastante detallado para abarcar condiciones preexistentes, historial familiar o hábitos tóxicos, como fumar, consumo de alcohol, etc.”, dijo la doctora.
Cuando no hay resultados
No obstante, en algunos casos el examen físico no resulta beneficioso para evidenciar si el paciente ha desarrollado úlceras, que son algunas de las principales anomalías que genera la enfermedad arterial periférica.
Posteriormente, se realiza una serie de exámenes diagnósticos, fáciles y sencillos, que le permitirán al especialista determinar qué tan avanzada está la enfermedad, el estado de los vasos sanguíneos, las venas y las arterias.
Uno de los más comunes es analizar, principalmente en pacientes con diabetes, la hemoglobina glicosilada. “Eso nos dice cómo usted se ha comportado y cómo esa diabetes ha estado controlada los últimos tres meses”, añadió.
Métodos no invasivos
La ciencia médica, además, ha desarrollado algunos métodos que le permiten a los médicos, principalmente a cirujanos vasculares y cardiólogos, saber cuándo el paciente tiene la enfermedad. ¿Cuáles son?
“Existen medidas no invasivas que podemos hacer en la oficina, como es el índice de tobillo y brazo. Es una prueba de cinco minutos donde se le toma la presión arterial del brazo, que es lo que típicamente se hace cuando usted entra a la oficina para ir al hospital y también se le va a estar tomando la misma presión a nivel de tobillo. Con esto nosotros hacemos una métrica y hay una escala que nosotros utilizamos para confirmar si en efecto tienen la enfermedad y cuán severa es”, explicó.
¿Cómo se interpretan los resultados?
La ´galena ahondó al respecto y dijo que, si la presión arterial es “reducida en el tobillo comparado al brazo que está más cerca del corazón, entonces tenemos indicio de que lo que estamos viendo en la clínica no está confirmando que si en efecto hay un problema”, mencionó.
Una vez se tiene el diagnóstico en primera medida, es usual que los especialistas prescriban otra serie de exámenes para saber si, en efecto, la enfermedad está afectando las extremidades inferiores, que es donde principalmente se manifiesta.
“Luego de confirmar que en efecto estamos sufriendo de esta enfermedad, dependiendo de la severidad, su médico pudiese recomendarle ecografías de las piernas o un sonograma que también es no invasivo”, aseguró la doctora.
Ese tipo de pruebas, según nos contó, son “bastante fáciles de llevar a cabo y con esa ecografía de las extremidades podemos visualizar sin tener que abrir la pierna y la arteria”, dijo.
El Doppler
Una ecografía Doppler es un estudio por imágenes que utiliza ondas de sonido para mostrar la sangre circulando por los vasos sanguíneos y suele ser uno de los exámenes más comunes para saber si, en efecto, el paciente tiene esa condición.
“Con un Doppler podemos medir las velocidades en vivo de cómo está fluyendo la sangre a través de ese vaso; dependiendo de lo que se encuentre podemos dirigirlos como médicos de cabecera a un subespecialista que, dependiendo de la severidad, pudiésemos someterlo a medio invasivo como la angiografía o poner malla, etc.”, explicó la galena.
Recomendaciones
La doctora Diago no terminó su diálogo con BeHealth sin dejarle una serie de recomendaciones a los pacientes para que no solo eviten esta condición vascular, sino también para que si ya la tienen, la mantengan a raya.
“Lo más importante que quiero que se lleven de esta conversación es el no fumar. El fumar va a ser el enemigo número uno para desarrollar este tipo de enfermedades como la aterosclerosis, que es la acumulación de placa a través de las arterias. Así que definitivamente, si fumamos, hay que detenerlo. Hay otros factores de riesgo que pueden contribuir a esta enfermedad: las condiciones de las cuales ya sufrimos, como sería la presión alta arterial o la diabetes. Tenemos también que controlar los niveles de colesterol y el sobrepeso, esto también va a contribuir a esa acumulación de placa y de grasa en las arterias. También pudiésemos ver que la genética incide”, concluyó.