Cuando se habla de molestias en la espalda suele relacionarse con un dolor general o molestia lumbar, y en muy pocos casos, los pacientes logran alcanzar un diagnóstico de espondilitis anquilosante, un tipo de artritis que genera ciertas limitaciones como rigidez o dificultad para realizar ciertos movimientos, acompañado de un dolor intenso o de espondiloartritis axial, otro tipo de artritis que ataca la columna y, en algunas personas, las articulaciones de brazos y piernas.
Las espondilitis son un grupo de enfermedades que hacen parte de las condiciones neumáticas que presentan signos comunes entre ellas. Algunas de ellas pueden ser de predominio axial y otras de predominio periférico.
Espondiloartritis axial
Esta es una enfermedad que afecta principalmente a la columna vertebral y las articulaciones de la pelvis (sacroiliacas). Dentro de este grupo se encuentra la espondilitis anquilosante y la espondiloartritis axial no radiográfica.
En el caso de la espondiloartritis axial no radiográfica, suele diagnosticarse cuando el daño estructural no se puede detectar a través de una radiografía pero sí, a través de una resonancia, mientras que en el caso de la espondilitis anquilosante, el daño estructural causado por la enfermedad sí puede detectarse a través de una radiografía.
Los estudios clínicos están indagando si la espondiloartritis axial no radiográfica puede ser considerada como una frase precoz para ser diagnosticado con espondilitis anquilosante.
Entre los estudios avanzados es importante destacar que los pacientes de espondiloartritis axial hoy cuentan con terapias y tratamientos disponibles con los que no se contaban antes como los biológicos, que pueden lograr llevar al paciente incluso a una remisión evitando lesiones que puedan generar condiciones críticas o estados de incapacidad.
Es importante actuar de forma temprana frente a la presentación constante de síntomas especialmente cuando estos se presentan en horas de la mañana de forma regular diferenciándolo así de dolores o molestias musculares.
Se destaca además, la importancia de alcanzar diagnósticos tempranos con el fin de ofrecer un tratamiento adecuado para todas las personas, especialmente evitando un deterioro en la calidad de vida.
En el caso de la espondiloartritis axial los pacientes suelen presentarla entre los 30 y 40 años siendo poco común en la infancia o después de los 40 años.
Esta condición está caracterizada por dolor y rigidez en la zona lumbar que en ocasiones se extiende hacia una pierna y otra.
El dolor no suele mejorar tras el descanso y en algunos pacientes crónicos se puede interrumpir su descanso en las noches o en las madrugadas.
Se entiende así que, si hay compromiso de la columna y las sacroilíacas se denomina espondiloartritis axial y si hay compromiso solo de las extremidades se denomina espondiloartritis periférica
“Cuando hay afectación de las sacroilíacas con cambios de sacroiliitis grado 2 bilateral (esclerosis y erosiones pequeñas, no puentes óseos) o 3 unilateral (mayor esclerosis y erosiones, algunos puentes óseos, pero no anquilosis completa) se denomina espondilitis anquilosante. Si no existen estos cambios en las sacroilíacas, pero si hay afección de las mismas (al tener radiografía sin cumplir lo mencionado con o sin compromiso en resonancia magnética) se denomina espondiloartritis axial no radiográfica”, asegura el portal reumatología online