La nefropatía diabética es una complicación grave relacionada con los riñones de la diabetes tipo 1 y 2. También se le llama enfermedad renal diabética y aproximadamente el 25 % de las personas con diabetes sufren de enfermedad renal con el paso del tiempo.
Para abordar sobre su diagnóstico y estadíos, BeHealth se reunió con el doctor endocrinólogo Rafael González.
«Hay distintas etapas en la nefropatía diabética, la enfermedad crónica del riñón se divide en estadios”. En este sentido, en el estadio 1 tenemos una filtración por encima de 90 pero con alguna evidencia de fallo renal como proteínas; entre 60 y 90 es estadio 2; entre 30 y 60 es un estadio 3 y cuando es más baja de 30 estamos hablando de un estadio 5, que ya sería un estadio terminal”.
Por otro lado, también se analiza la proteína. Un estadio normal sería menos de 30 en 24 horas. Sin embargo, si está entre 30 y 300 se conoce como albuminuria moderadamente aumentada; y si está de más de 300 ya se conoce como albuminuria severamente aumentada.
“Cuando ya tenemos proteína en la orina usualmente incorporamos ciertos tratamientos en ese paciente diabético. Vamos a estar más atentos al control glucémico y del azúcar para evitar que siga progresando”, especificó el entrevistado.
Según el galeno, hay dos cosas esenciales en estos pacientes: el control de la glucosa en sangre y el control de la presión.
En el control del azúcar usamos varios medicamentos para intentar llevar la hemoglobina glucosilada -que es un promedio del azúcar en los últimos tres meses- por lo menos a menos del 7%.
“Se sabe que, por cada porciento que yo baje de hemoglobina glucosilada, por ejemplo, si está en 8% y lo bajamos a un 7%, cada porciento puede disminuir hasta un 37% el riesgo de complicaciones microvasculares. Por ende, se trata de un impacto bien significativo”.
Adicionalmente, existen fármacos como los inhibidores de co-transporte de sodio y glucosa tipo 2 que, más allá de ayudar con el control del azúcar también pueden proteger el riñón e incluso disminuir la proteína en orina, disminuir el paso de estos pacientes a estadios más severos.
Dentro del control de la presión, “los fármacos principales que usamos son los bloqueantes del receptor de angiotensina o los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina, medicamentos que actúan a nivel del riñón”.
Estos, se ha evidenciado que disminuyen la hiperfiltración del riñón, la proteína en la orina y el progreso del paciente a etapas más severas.
Diagnóstico de la nefropatía diabética
“Nosotros medimos dos cosas. La primera es la filtración del riñón, que lo hacemos a través de una prueba de sangre donde medimos creatinina y se estima cuánto ese riñón está filtrando por minuto”, precisó el entrevistado.
En este caso, lo normal es más de 90 y, cuando esa filtración empieza a disminuir, especialmente menos de 60 se entiende que hay una disminución significativa en esa filtración del riñón.
La otra manifestación principal es la albúmina en la orina, que es una proteína que votamos en la orina y “se supone que no la eliminamos en orina, pero en el paciente diabético se ve un aumento”.
Para ello, existen dos formas de hacerla: mediante una colección de orina 24 horas y contabilizar en ese tiempo cuánta proteína hay; adicionalmente se puede realizar una aproximación con una muestra sencilla donde se mide albúmina y creatinina “y se hace una aproximación de cuánto estamos eliminando”.
Esta situación, plantea el endocrinólogo, debe estar presente por los menos durante tres meses porque a veces puede haber cambios transitorios como infecciones de orina, problemas de la presión o descontrol de azúcar.
“Pero si esto permanece por lo menos tres meses, ya sea una disminución en la filtración del riñón o proteína en orina ya podemos diagnosticar una nefropatía diabética en ese paciente”.