Es esencial abordar y comprender los trastornos que afectan a una parte significativa de la población, especialmente cuando se trata de condiciones que impactan el desarrollo y la calidad de vida de los más jóvenes. Uno de estos trastornos es el Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), una condición que afecta a un 3-12% de los niños y adolescentes, con una prevalencia mundial del 5,3%.
Para arrojar luz sobre este tema complejo, BeHealth tuvo el privilegio de conversar con Ivonne Rodríguez Ramos, destacada terapeuta ocupacional y miembro de la Junta de Gobierno del Colegio de Profesionales de Terapia Ocupacional de Puerto Rico.
“El déficit de atención con hiperactividad es un trastorno neurobiológico que se manifiesta en la edad temprana”, precisó la especialista. Además agregó que puede evidenciarse por la presencia de síntomas inatentos, impulsividad y/o hiperactividad.
¿Cómo puede un padre o cuidador reconocer este trastorno?
Según Ivonne Ramos, hay señales evidentes que pueden indicar su presencia. Los niños pueden tener niveles de actividad muy elevados, ser fácilmente distraídos y desorganizados. También pueden presentar retrasos en el desarrollo motor, del habla y en habilidades sociales, así como dificultades para manejar la frustración.
Además, pueden mostrar irritabilidad sin razón aparente y tener comportamientos desorganizados. “Esto afecta considerablemente áreas importantes de su vida, como el rendimiento escolar, las actividades diarias y el juego”.
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¿Cómo se puede abordar este trastorno?
“Es esencial considerar que se pueden observar indicadores desde antes de los cinco años, y el diagnóstico puede confirmarse generalmente entre los 5 y 7 años. Estos trastornos impactan de manera significativa el desarrollo del niño, por lo que es crucial identificarlos temprano”, resaltó la entrevistada.
¿Qué estrategias se pueden brindar a los padres en este sentido?
Según la especialista, se puede ayudar a los padres a establecer rutinas en el hogar para proporcionar estructura al niño. También se pueden aplicar estrategias sensoriales, conductuales y de juego que promuevan el desarrollo cognitivo y la madurez emocional. “Estas estrategias pueden incluir enseñar al niño a seguir instrucciones, iniciar y completar tareas, y mejorar sus habilidades adaptativas”.
Trastorno de déficit de atención e hiperactividad
En el caso de los niños con trastorno de déficit de atención e hiperactividad, si los padres logran identificar a tiempo el problema y buscan terapias profesionales adecuadas, el niño tiene un gran potencial para desarrollarse plenamente.
“Estos niños tienen un potencial significativo cuando se interviene temprano con la ayuda de profesionales en el campo y con padres comprometidos en aplicar estrategias en el hogar y en el ámbito terapéutico. Si un padre sospecha que su hijo podría tener este trastorno, lo más recomendable es abordar primero esta preocupación con el pediatra, quien será el primer contacto médico”, comentó.
Rol del terapeuta ocupacional y de la familia
“El papel del terapeuta ocupacional es fundamental en este tipo de casos, ya que se enfoca en abordar de manera integral las áreas afectadas. Se trabajan aspectos conductuales, de desarrollo motor, cognitivo y social, además de estrategias sensoriales para lidiar con problemas sensoriales comunes en estos niños”.
Es importante destacar que este trastorno requiere una intervención profesional adecuada. Además, los padres pueden aprender a educar con amor, paciencia y consistencia, aplicando refuerzos positivos y, cuando sea necesario, refuerzos negativos para establecer límites y consecuencias claras. El enfoque debe ser en la modificación de conducta, algo que a veces se ha perdido en muchos hogares.
“El amor de los padres es una fuerza poderosa. Aunque vivimos en una sociedad agitada, el compromiso de los padres y su conexión emocional con el niño pueden superar cualquier desafío. Sin embargo, también es importante reconocer cuando se necesita ayuda adicional”.
El terapeuta ocupacional puede ser una valiosa herramienta, pero también es esencial trabajar en equipo con otros profesionales, como psicólogos, si es necesario.
Objetivos de la terapia ocupacional
“El objetivo principal del terapeuta ocupacional es brindar estrategias a los padres para empoderarlos en el manejo de situaciones y crisis que puedan surgir en el entorno familiar. A través de un enfoque integral y colaborativo, se busca garantizar el bienestar emocional del niño y su participación exitosa en sus roles y actividades diarias”, compartió Rodríguez.
Es importante que los padres puedan considerar la opción de recurrir a profesionales adicionales, como un psicólogo, para establecer un plan de modificación y estrategias que ayuden a manejar el estrés y la angustia que puedan estar experimentando debido a la situación.
“Es fundamental recordar que un equilibrio emocional entre papá y mamá influye en la dinámica de los niños. Si los padres están manifestando angustia y desesperación, los niños podrían absorber estos sentimientos, lo que subraya la importancia de la comunicación y el amor en el hogar”, resaltó.
Es decir, el proceso implica educar tanto a los padres como a otros miembros de la familia y el entorno cercano. Esto incluye explicar la naturaleza del trastorno a los hermanos y a la escuela para que puedan comprender las conductas del niño. Empoderar a los padres y al niño es esencial para maximizar su potencial. En muchas ocasiones, es difícil entender por qué los niños actúan de cierta manera, pero es crucial comprender que en ocasiones no tienen la capacidad de autorregularse y que sus acciones son una forma de expresión y comunicación.
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