Durante años se ha hablado sobre los desencadenantes del asma. ¿Tiene alguna relación con el autismo, trastorno por déficit de atención/hiperactividad (TDAH) o síndrome de Tourette? Nuevas investigaciones dieron detalles al respecto.
Recientemente, se conoció que el uso de medicamentos para tratar esa enfermedad durante el embarazo no está relacionado con el autismo, que es un trastorno caracterizado por discapacidades del desarrollo causadas por diferencias en el cerebro.
Así lo concluyó una investigación del Chang Gung Memorial Hospital, en Taoyuan, Taiwán, que evidenció que, pese a que desde la FDA han advertido durante años los riesgo de los fármacos en la gestación para el riesgo de autismo, las probabilidades no serían tan altas como se creía.
«Hasta la fecha, sigue siendo totalmente desconocido si la exposición a antagonistas de los receptores de leucotrienos durante el embarazo está asociada con el riesgo de eventos neuropsiquiátricos en la descendencia», señaló el autor del estudio, el Dr. Tsung-Chieh Yao.
Los resultados se conocieron luego de que analizaron a varias mujeres de ese país asiático que habían tenido hijos del 2009 al 2019. Fueron 576.157 madres que se vieron sometidas, junto a sus criaturas, al análisis: 1.995 se expusieron a los citados fármacos y 574.162 niños no expuestos.
“Las mujeres tenían diagnóstico de asma o rinitis alérgica. Se excluyeron partos múltiples y niños con malformaciones congénitas. La exposición a antagonistas de los receptores de leucotrienos se definió como cualquier prescripción dispensada para antagonistas de los receptores de leucotrienos durante el embarazo. Aproximadamente dos tercios de las madres tenían entre 30 y 40 años en el momento del parto”, reseña el estudio sobre la metodología utilizada para determinar esos hallazgos reveladores.
De acuerdo con los científicos, los síndromes autistas no fueron diferentes en los pequeños que habían sido expuestos a esos fármacos.
Otros posibles causantes
Sin embargo, pese a esos resultados, otros investigadores han evidenciado que los pacientes con autismo podrían tener hipermega sensible el sistema inmunológico, que con el paso del tiempo podría aumentar el riesgo de asma.
Este es uno de los principales retos de los padres con pequeños con esa condición debido a que, como los niños con autismo se les dificulta comunicarse, deben implementar estrategias para que, desde temprana edad, se identifiquen los síntomas y así se les dé el tratamiento adecuado.
De hecho, hay evidencias en los Estados Unidos que aseguran que los niños con autismo u otras discapacidades del desarrollo tienen al menos el doble de probabilidades de padecer asma. Sin embargo, es un vínculo que, a pesar de los años, se sigue analizando y que, a la fecha, aún no tiene conclusiones definitivas.
Por ello, es de suma importancia que los cuidadores, padres o responsables de los pacientes pediátricos con esa condición tomen medidas urgentes para evitar complicaciones pulmonares o respiratorias en esa población.