En una entrevista realizada por BeHealth, la Dra. Paola Mansilla-Letelier, endocrinóloga de adultos y presidenta de la Sociedad para la Obesidad y Síndromes Asociados, compartió su visión sobre la complejidad del manejo del peso corporal y cómo factores aparentemente simples, como el sueño y el estrés, pueden tener un impacto significativo en el metabolismo.
Uno de los temas centrales de la entrevista fue cómo la hormona que regula el apetito responde a situaciones de estrés y pérdida de peso rápida. La Dra. Mansilla explicó que “la hormona se libera cuando la persona se encuentra bajo situaciones de estrés, ansiedad, falta de sueño o cuando se pierde peso de forma drástica”.
Este mecanismo, que está diseñado para proteger al cuerpo de la pérdida rápida de peso, activa el apetito como una medida de supervivencia: “Espera, este cuerpo está bajando de peso muy rápido, así que vamos a empezar a estimular el apetito para que la persona recupere el peso”. Este ciclo hormonal puede complicar los esfuerzos de las personas por mantener un peso saludable, especialmente cuando no son conscientes de estos factores subyacentes.
La endocrinóloga señaló que estos procesos no son solo respuestas a grandes cambios de peso. Algo tan cotidiano como la falta de sueño o los horarios irregulares puede alterar el metabolismo y contribuir al aumento de peso. «Algo tan simple como dormir poco o tener horarios irregulares, como los enfermeros o guardias de seguridad, puede provocar este tipo de problemas, donde comienzan a ganar peso sin saber por qué”, señaló. Esta es una realidad que muchas personas enfrentan sin darse cuenta de las conexiones entre su estilo de vida y su salud metabólica.
El papel del sueño en la regulación del peso
La Dra. Mansilla subrayó la importancia de una adecuada higiene del sueño como parte de un enfoque integral para mejorar la salud y controlar el peso. Explicó que, para preparar al cuerpo para un descanso adecuado, es necesario tomar medidas específicas antes de dormir. “La higiene del sueño implica prepararse dos a cuatro horas antes de dormir, atenuando las luces a tonos amarillos, ya que las luces blancas disminuyen los niveles de melatonina, la hormona del sueño”. Esta práctica ayuda a sincronizar los ritmos circadianos y favorece un descanso más reparador.
También advirtió sobre el uso de dispositivos electrónicos antes de dormir. “No se recomienda ver series de televisión o usar pantallas de celular antes de dormir, ya que el brillo reduce los niveles de melatonina”, explicó.
Muchas personas afirman que no pueden dormir sin tener la televisión encendida, pero según la doctora, eso no significa que estén descansando adecuadamente. “Se duermen por cansancio extremo, pero no obtienen un sueño reparador”, aclaró, destacando que la falta de melatonina lleva a un sueño interrumpido, lo que provoca que, aunque una persona caiga rendida, se despierte varias veces durante la noche.
Para mitigar los efectos del estrés y las preocupaciones en el sueño, la Dra. Mansilla sugirió un simple pero efectivo consejo: tener una libreta junto a la cama para anotar las tareas pendientes. “Este simple acto ayuda a que la melatonina comience a aumentar gradualmente”, dijo. De esta manera, la mente puede relajarse sabiendo que las tareas están registradas y pueden revisarse más tarde.
Reprogramación cultural y hábitos alimenticios
Uno de los temas más relevantes de la entrevista fue la relación entre la cultura y los hábitos alimenticios. La Dra. Mansilla habló sobre cómo muchas de nuestras costumbres en torno a la comida están profundamente arraigadas en prácticas culturales. “No debe haber un postre todos los días. Esto es parte de una programación cultural que nos han inculcado desde niños”, explicó. Estas prácticas, como premiar a los niños con dulces o insistir en que se ‘limpie el plato’ durante las comidas, pueden llevar a una relación poco saludable con la comida en la adultez.
Reflexionando sobre su propia experiencia, mencionó: “Recuerdo que me premiaban con helado o dulces por portarme bien, algo que aún se ve en algunos médicos, como cuando después de una visita al dentista te dan una paleta. Estas prácticas no tienen sentido, pero debemos empezar a usar el sentido común, que a veces no es tan común”.
Según la doctora, uno de los pasos más importantes hacia una alimentación más saludable es aprender a reconocer las señales de saciedad. “Deberíamos comer hasta sentirnos satisfechos, no llenos. Siempre les digo a mis pacientes que, cuando se recuestan hacia atrás en la silla porque están demasiado llenos, ya han comido de más”, señaló. Cambiar esta mentalidad es fundamental para controlar el peso de manera efectiva.
El impacto hormonal en la obesidad
Durante la entrevista, la Dra. Mansilla subrayó la importancia de consultar con un especialista para evaluar los factores hormonales que podrían estar contribuyendo al aumento de peso. “Hay otras condiciones que también pueden causar obesidad, como el hipotiroidismo, problemas con el cortisol y, en menor medida, factores genéticos”, explicó. Sin embargo, estos factores suelen ser ignorados o malinterpretados. “Por eso es tan importante consultar con un especialista, porque ellos pueden evaluar todos los factores que podrían estar contribuyendo al problema, incluyendo medicamentos psiquiátricos”, añadió.
En cuanto a los medicamentos para la pérdida de peso, advirtió sobre los riesgos de buscar soluciones rápidas sin una adecuada evaluación médica. “No es recomendable acudir a una clínica para inyectarse medicamentos para adelgazar sin una evaluación médica adecuada. Estos medicamentos deben estar aprobados por la FDA, que se encarga de regular y garantizar que no haya efectos adversos significativos”, destacó. Estos tratamientos no son adecuados para todas las personas con diabetes, y es crucial realizar un análisis exhaustivo antes de tomarlos.
La endocrinóloga también habló sobre los mitos en torno al hipotiroidismo y la pérdida de peso. “Hay una desinformación común de que las personas con hipotiroidismo nunca van a poder bajar de peso, y eso no es cierto”, afirmó. Si bien el hipotiroidismo puede contribuir ligeramente al aumento de peso, no siempre es la causa principal. “Cuando los niveles de TSH están normalizados, la persona puede llevar una vida como cualquier otra persona con la tiroides controlada”, explicó.
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El ejercicio y la motivación para moverse
El ejercicio físico es otro pilar fundamental en el control del peso y la salud general, según la Dra. Mansilla. “El ejercicio es fundamental para mantener la masa muscular, que ayuda a quemar más calorías incluso en reposo”, señaló. Explicó que una de las razones por las cuales muchas personas se sienten desmotivadas para hacer ejercicio tiene que ver con la neuroquímica del cerebro.
“Algunas personas disfrutan naturalmente de la actividad física porque, al hacer ejercicio, liberan endorfinas y otros neurotransmisores como la dopamina y la serotonina, que generan una sensación de bienestar y felicidad”, explicó. Sin embargo, hay personas que no experimentan esta liberación de hormonas de manera inmediata, lo que dificulta la motivación para moverse.
Para aquellos que encuentran difícil iniciar una rutina de ejercicio, la Dra. Mansilla recomendó reducir las barreras al mínimo. “Una estrategia es reducir las barreras que puedan desmotivar, como dejar la ropa y las zapatillas preparadas la noche anterior”, sugirió. Además, alentó a las personas a comenzar con ejercicios sencillos y de bajo impacto, especialmente para aquellos con sobrepeso o problemas articulares. “Incluso, se pueden realizar ejercicios sencillos, como mover pesas ligeras mientras están sentados, e ir aumentando la dificultad poco a poco”, comentó.
Comorbilidades asociadas con la obesidad
La Dra. Mansilla también advirtió sobre las múltiples complicaciones de salud que pueden surgir debido a la obesidad, como el hígado graso, la apnea del sueño y la resistencia a la insulina. “El hígado graso es una de las enfermedades más preocupantes que está emergiendo”, dijo. Explicó que esta condición, que anteriormente se asociaba con el consumo excesivo de alcohol, ahora se observa con mayor frecuencia debido a la acumulación de grasa provocada por el consumo de azúcar y productos procesados.
Otra complicación que mencionó fue la apnea del sueño. “Alrededor del 80% de los pacientes con sobrepeso tienen apnea del sueño”, indicó. Esta condición no solo afecta la calidad del sueño, sino que también puede tener graves consecuencias en la salud cardiovascular. “La apnea del sueño está relacionada con muchas otras complicaciones de salud. Por ejemplo, al bajar de peso, los hombres pueden notar una mejora en el conteo de espermatozoides y las mujeres pueden regular sus ciclos menstruales”, explicó.
El futuro de la salud metabólica: regresar a lo natural
La Dra. Mansilla concluyó la entrevista destacando la importancia de regresar a lo natural en términos de alimentación y estilo de vida. “Una alimentación basada en productos no procesados, optando por caminar por las áreas de los supermercados donde se encuentran alimentos frescos y naturales, es esencial”, comentó. También destacó la necesidad de educar a las futuras generaciones sobre hábitos saludables desde el hogar. “No es solo decirle a los niños que no coman ciertos alimentos, sino que el ejemplo en casa es clave”, subrayó.
Para finalizar, la doctora hizo un llamado a la autorregulación y a la consciencia en cuanto al consumo de azúcar y alimentos procesados. “El cambio comenzó a notarse alrededor de los años 70 y 80, cuando la industria del azúcar empezó a crecer significativamente”, reflexionó. Este cambio ha tenido un impacto profundo en la salud metabólica de las personas, y ahora es el momento de volver a lo básico. “Son muchos detalles, pero es importante empezar a reprogramar y enseñar a la comunidad a retomar estas prácticas que hacíamos hace mucho tiempo”, concluyó.
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