El fallo cardíaco o insuficiencia cardíaca es una afección en la cual el corazón no tiene la capacidad de bombear la suficiente sangre para mantener las necesidades del cuerpo.
En los Estados Unidos, cada año se diagnostican 650.000 nuevos casos de esta condición que empeora según la edad.
Para profundizar sobre esta enfermedad con tan alta prevalencia, BeHealth realizó una entrevista virtual con el doctor Francisco Pérez Gil, electrofisiólogo.
Dos tipos de insuficiencia cardíaca
Según explicó el galeno, el fallo cardíaco puede existir de dos formas, siendo la más común cuando el corazón se debilita.
«El corazón es una bomba mecánica que bombea sangre y hay personas que en lugar de bombear el 60% de la sangre que tiene dentro del corazón, bombean el 30%, lo que no es suficiente para mantener las actividades del diario vivir como caminar», precisó.
Por otro lado, también existe el fallo cardíaco en el cual la función del corazón es normal; sin embargo, su cavidad disminuye de tamaño y, por ende, aunque bombee un porcentaje normal, la cantidad es baja.
En ambos casos, planteó el doctor Pérez Gil, el resultado es que hay una disminución significativa de la cantidad de sangre que se bombea al cuerpo.
Factores de riesgo
«Los más comunes son aquellos que pueden causar una enfermedad estructural del corazón», explicó el entrevistado y resaltó la hipertensión cardíaca, la diabetes o el hábito de fumar. Estos, según declaró el doctor, son factores de riesgo para infarto y enfermedad coronaria, una de las causas más comunes de fallo cardíaco.
Adicionalmente, señaló los factores relacionados con la dieta y alimentación. Entre ellos, la dieta pobre en aceites omega alfa, la dieta baja en pescado, la dieta no balanceada, el sedentarismo y no hacer ejercicio físico.
Fallo cardíaco no isquémico y posparto
El doctor agregó que también se puede producir el llamado fallo cardíaco no isquémico, más común en jóvenes. Se trata de un efecto posviral, donde «alguien con virus o resfriado puede tener a los meses un fallo cardíaco, el corazón débil».
Asimismo, puede ocurrir con las mujeres posparto donde el corazón luego de dar a luz puede debilitarse.
Síntomas de la insuficiencia cardíaca
En cuanto a los síntomas más comunes, el doctor plantea que se presentan inicialmente todos los síntomas relacionados a la acumulación de líquidos; esto, debido a que, al no bombear suficiente sangre el corazón a los riñones, las personas no van a eliminar suficiente líquido.
«Los pacientes con fallo cardíaco se quejan inicialmente de falta de respiración; al principio es al realizar ejercicio, pero eventualmente empeora al punto de falta de respiración al descanso. No pueden dormir planos, tienen que inclinarse; porque al estar planos el líquido cubre todos los pulmones. No puede haber intercambio de oxígeno y se asfixian».
Posteriormente, se percibe aumento de tamaño en el diámetro del abdomen debido al líquido acumulado, pérdida de apetito, náuseas, vómitos e incluso diarrea. Además, las piernas hinchadas son un síntoma significativo.
Diagnóstico y tratamientos
El doctor Pérez Gil agregó que el mayor problema radica en que muchas veces esta condición se confunde con otras enfermedades, específicamente las pulmonares:
«Muchas veces se tratan como pulmonía, asma o enfermedad obstructiva. Identificarlo de forma temprana resulta en una disminución en morbilidad y mortalidad. Los pacientes se hospitalizan menos y mueren menos», precisó.
Lo positivo es que existen innumerables estudios que han evidenciado los beneficios de algunos medicamentos para disminuir las consecuencias del fallo cardíaco.
Existen entonces medicamentos que se pueden usar de forma temprana para que los pacientes orinen, «eso les da calidad de vida».
El galeno mencionó algunos como los betabloqueadores o los inhibidores de la enzima angiotensina convertasa que podrían disminuir la mortalidad y las hospitalizaciones de esos pacientes.
«Muchos mejoran la función. Lo más importante es identificar lo más temprano posible.», aseveró el entrevistado.
En cuanto al diagnóstico, además del historial y el examen físico, se debe medir la función del corazón:
«Actualmente la manera más fácil es con un ecocardiograma: un sonograma cardíaco donde se puede visualizar la función del corazón, el flujo de sangre y la actividad de las válvulas».
Adicionalmente, existen otros instrumentos como el CT o el MRI que son también estudios muy avanzados. «También están los estudios nucleares mediante isotopos radioactivos y en algunos pacientes, los llevamos a cateterismo para descartar enfermedad coronaria».
Consejos para evitar el fallo cardíaco
Según el especialista, las guías recomiendan ciertos comportamientos y tratamientos para evitar el fallo cardíaco.
Entre ellos señaló dejar de fumar, mejorar la dieta, realizar ejercicio, controlar la diabetes y alta presión. Además, resaltó el papel de la obesidad, factor independiente a los demás.
Hizo especial énfasis en los cambios en el estilo de vida en la sociedad actual donde se consume comida chatarra, donde prácticamente no se camina y donde la situación de la pandemia ha venido a exasperar el sedentarismo. Por tanto, se han evidenciado incrementos tanto en la obesidad como en las enfermedades ateroescleróticos. «Mi sospecha es todo lo que hemos vivido en los últimos años».
Tecnología al servicio de nuestro bienestar
Para finalizar, el doctor señaló la importancia del buen uso de las tecnologías con el fin de mejorar la calidad de vida y longevidad de los pacientes:
«Más allá de la prevención, tenemos otras tecnologías que nos ayudan y podemos habilitar parta mejorar la función de los pacientes como desfibriladores, marcapasos. Tenemos tecnología de monitoreo remoto que el doctor sabe cuando el paciente va a desarrollar el fallo cardíaco, predecir la falta de respiración, tecnologías que pueden mejorar la calidad de vida y longevidad».