Puede que también te haya pasado a ti, en las primeras etapas del embarazo, preguntarte si es posible y de qué manera hacer el amor con tu pareja. La respuesta es «absolutamente sí, debes hacer el amor».
El sexo durante el embarazo será increíblemente intenso por el período psicológico que la pareja está atravesando, por la felicidad de esperar lo que sucederá, por el entusiasmo que involucra a la pareja.
Ciertamente el hombre tendrá que superar las inhibiciones iniciales, una inseguridad que surge de la creencia de que el acto sexual puede dar alguna molestia al niño.
También puede suceder que el cambio de cuerpo de la mujer pueda disminuir la excitación masculina, pero – no te preocupes – todo es absolutamente normal. Así como es normal que haya hombres que encuentren a su pareja aún más sensual.
¿Qué le pasa al cuerpo de una mujer?
Algunas mujeres alcanzan el orgasmo más fácilmente durante el embarazo. Otros, en cambio, debido a la inhibición psicológica, no pueden tener una vida sexual normal o pacífica.
De hecho, durante el embarazo todo se convierte en propicio para una experiencia íntima positiva: el suministro de sangre al seno aumenta, éste se hincha y los pezones se vuelven más sensibles, incluso el cuello del útero y la vulva sufren un aumento de la circulación y del volumen, debido al incremento de los fluidos extracelulares.
Otros cambios
Durante la gestación la vagina está más lubricada y el clítoris es más sensible a la estimulación. El «dolor» que a veces puede seguir al orgasmo a menudo causa a la mujer un miedo injustificado de tener un parto prematuro.
Estos «pequeños dolores» se deben a la liberación de las hormonas contenidas en el líquido de los espermatozoides (prostaglandinas) y de la hormona del amor, la oxitocina, que la mujer produce y genera contracciones perivaginales, que también afectan al útero y al suelo pélvico.
Las relaciones sexuales en el embarazo
Es útil saber que tener relaciones sexuales durante el embarazo no está asociado con eventos adversos.
La abstención de relaciones sexuales durante el embarazo debe ser evaluada por el ginecólogo si es necesario y sólo en caso de amenaza de aborto, de parto prematuro, si hay riesgo de desprendimiento de la placenta, si ha habido pérdida de sangre o de líquido amniótico y si hay infecciones vaginales en curso.
¿Puede el coito ayudar al inicio del parto?
El inicio espontáneo del trabajo de parto es la forma más segura de afrontar el nacimiento tanto para la madre como para el recién nacido, y se asocia con menos complicaciones de parto y una menor probabilidad de cesárea.
La inducción del parto por métodos farmacológicos es posible (según la situación y el estado del cuello del útero) al final del embarazo fisiológico alrededor de la semana 41. A falta de factores de riesgo, en las Directrices no se recomienda la inducción del parto antes de las 41 semanas.
Otros beneficios
La actividad sexual al final del embarazo (especialmente a partir de la semana 38), favorece el inicio natural de las contracciones uterinas (n total ausencia de factores de riesgo), provocando un mecanismo de retroalimentación hormonal gracias a las prostaglandinas contenidas en el líquido seminal y al aumento de la oxitocina.
La estimulación de los pezones, también induce la producción de oxitocina, esto ha mostrado algunos resultados positivos en la inducción del trabajo de parto espontáneo pero sólo en algunos casos y de forma controlada.
En cualquier caso, hay que destacar que estos fenómenos solo comienzan cuando el útero está listo, no antes.
La sexualidad después del parto
El hecho de no realizar la episiotomía durante el parto espontáneo aumenta la posibilidad de tener los genitales intactos, una mejor curación de las laceraciones espontáneas con la consiguiente reducción del dolor en las relaciones sexuales a corto y largo plazo.
Sin embargo, hay situaciones en las que la episiotomía permite anticipar el nacimiento por unos minutos, contribuyendo a la resolución del sufrimiento fetal y resultando indispensable.
En los casos restantes el perineo intacto, o con sutura de pequeñas laceraciones, garantiza una mejor y más rápida recuperación de la vida sexual.
Bienestar posparto
Las mujeres que han sido sometidas a una cesárea pueden experimentar dolor abdominal vinculado a la presencia de la cicatriz laparoscópica y a la lenta reabsorción de las suturas (hasta tres meses) que afecta tanto a las capas superficiales como a las más profundas del abdomen.
Es una buena práctica, en este caso, dejar que la mujer dicte el tiempo de recuperación de acuerdo con su estado de bienestar.
Algunas mujeres esperan los 40 días de puerperio pero si las condiciones físicas y sobre todo psicológicas de la mujer lo permiten, es posible anticipar este momento. Si la mujer muestra resistencia más allá del tiempo razonable, será esencial que la pareja no le fuerce la mano, sino que inicie un proceso de recuperación de la dimensión íntima de la pareja.
Nuestros consejos
Tampoco debe pasarse por alto que los primeros meses, especialmente para la nueva madre, se caracterizan por un considerable gasto de energía para el cuidado del recién nacido, por lo que podría producirse una disminución normal de la libido debido a la simple fatiga o incluso a la aparición de la depresión posparto. En algunos casos, el apoyo de un psicólogo puede ser útil.