La artritis psoriásica, una enfermedad autoinmune crónica que afecta tanto la piel como las articulaciones, ha estado en el centro de atención de la comunidad médica y científica en los últimos años. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que esta condición afecta a alrededor del 30% de las personas que padecen psoriasis, una enfermedad cutánea inflamatoria crónica que afecta a millones en todo el mundo.
La artritis psoriásica se caracteriza por la inflamación de las articulaciones y la piel, lo que puede provocar dolor, rigidez, hinchazón y enrojecimiento en las zonas afectadas. Según la Mayo Clinic, los síntomas pueden variar desde leves hasta severos, y la enfermedad puede progresar con el tiempo si no se trata adecuadamente.
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«La artritis psoriásica es una afección compleja que requiere un enfoque multidisciplinario para su manejo efectivo», afirma el Dr. Javier Rodríguez, experto en reumatología de la Mayo Clinic. «Es fundamental abordar tanto los síntomas de la piel como las complicaciones articulares para mejorar la calidad de vida de los pacientes».
Además de los síntomas en la piel y las articulaciones, la artritis psoriásica también puede estar asociada con una serie de comorbilidades, como enfermedades cardiovasculares, diabetes y depresión. Según datos de la OMS, las personas con artritis psoriásica tienen un riesgo aumentado de mortalidad debido a estas complicaciones adicionales.
Afortunadamente, existen opciones de tratamiento disponibles que pueden ayudar a controlar los síntomas y prevenir la progresión de la enfermedad. Medicamentos como los antiinflamatorios no esteroides (AINE), los medicamentos modificadores de la enfermedad (DMARD) y los medicamentos biológicos pueden ser recetados por médicos especializados en reumatología y dermatología.
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«Es crucial que los pacientes con artritis psoriásica reciban un tratamiento temprano y adecuado para prevenir daños permanentes en las articulaciones y mejorar su calidad de vida», destaca el Dr. Rodríguez. «La colaboración entre dermatólogos, reumatólogos y otros profesionales de la salud es esencial para ofrecer un enfoque integral y personalizado para cada paciente».
Es crucial aumentar la conciencia sobre la artritis psoriásica tanto en la comunidad médica como en el público en general. La investigación continua y la educación sobre esta afección son fundamentales para mejorar el diagnóstico temprano y el acceso a opciones de tratamiento efectivas.