La artritis reumatoide es una enfermedad caracterizada por ser autoinmune e inflamatoria, y puede causar daños a la salud ocular. Ello se debe principalmente al colágeno, una estructura presente en varios órganos del cuerpo, incluidos los ojos.
El ojo está lubricado por la película lagrimal, formada por agua y otros componentes que ayudan a protegerlo contra las infecciones. Cuando la producción de colágeno está dañada, puede producirse el síndrome de Sjögren.
Los especialistas afirman que entre el 15 y el 25% de los pacientes con artritis reumatoide sufren el síndrome del ojo seco. Ardor, quemazón, sequedad, sensación de cuerpo extraño, enrojecimiento y lagrimeo excesivo son los principales síntomas que presentan los pacientes.
En este sentido los pacientes con artritis reumatoide son más sensibles a los cambios de temperatura y de entorno. Asimismo, las mujeres son las más afectadas en cuanto a la visión, entre tres y cinco veces más en relación a los hombres y con pico de incidencia entre los 40 y 70 años de edad.
Medicamentos para la artritis que pueden dañar la visión
Los pacientes con artritis reumatoide tienen mayores probabilidades de percibir algunos daños en su visión. De acuerdo a diversos estudios los corticoides pueden causar glaucoma y cataratas; la cloroquina y la hidroxicloroquina pueden afectar a la retina y a la córnea.
En todo caso si se emplean estos fármacos es necesario someterse a exámenes oculares frecuentes –fondo de ojo, campo visual y prueba de color– para prevenir las afectaciones en la vista.
Enfermedades oculares ocasionadas por la artritis
Entre las enfermedades oculares más comunes causadas por la artritis reumatoide están la epiescleritis, la queratitis ulcerosa y la vasculitis retiniana.
Según el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) la epiescleritis es una inflamación del tejido que recubre la parte blanca del ojo, que provoca un enrojecimiento localizado o difuso del ojo; pero sin dolor y que mejora por sí solo. La escleritis, en cambio, inflama la parte blanca del ojo, provoca un enrojecimiento más intenso y a veces hay disminución de la visión y dolor al mover el globo ocular.
Por su parte, la queratitis ulcerosa es la inflamación de la córnea y provoca el adelgazamiento de la periferia de la córnea, lo que da lugar a la distorsión de la visión y a veces incluso a la perforación de la córnea y la pérdida del globo ocular.
En cuanto a la vasculitis retiniana, se inflaman los vasos sanguíneos de la retina –la parte más interna del ojo–, y constituye una de las formas más rara de la enfermedad.