Aunque sus inicios en la academia no fueron precisamente en la medicina, sino en la ingeniería, desde niño el doctor Rafael Rivera sentía ya atracción por la salud, específicamente por la cardiología. Sin embargo, mientras estudiaba su ingeniería, el destino pareció conspirar en su favor, ya que mientras cursaba su segundo, un evento inesperado marcó un punto de inflexión en su vida. Durante ese período, su padre fue diagnosticado con una enfermedad cardiovascular y este diagnóstico repentino y la experiencia de presenciar de cerca el proceso médico de su padre llevaron a Rafael a reconsiderar su elección académica.
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Fue en ese momento que decidió dar un giro radical y embarcarse en el apasionante viaje de la medicina. Sin dudarlo, solicitó su ingreso en la carrera de medicina y desde ese momento no hubo marcha atrás en su determinación de convertirse en cardiólogo.
“Luego de completar mis estudios de medicina, seguí con la residencia y, posteriormente, opté por especializarme en cardiología intervencional”, profesión por la cual se sintió atraído debido a su complejidad y la oportunidad que ofrecía para realizar procedimientos altamente especializados y de gran impacto en la salud de los pacientes.
Su contribución al bienestar y compromiso con la excelencia
El doctor Rivera se dedica con pasión a su labor como cardiólogo intervencional y logra equilibrar su vida profesional con su vida familiar y sus intereses personales, como el ejercicio físico y los viajes. Su familia desempeña un papel fundamental en su vida, y siempre encuentra tiempo para estar junto a ellos. Además, disfruta de la actividad física y de explorar nuevos lugares a través de los viajes.
“Mi familia es una parte fundamental de mi vida, siempre estamos muy unidos. Además, me apasiona el ejercicio físico y viajar. Estas actividades me permiten equilibrar mi vida personal y profesional”, contó.
Entre sus logros profesionales, destaca con orgullo el establecimiento de un programa de entrenamiento cardiovascular en el año 2016, que ha tenido un impacto notable en la sociedad puertorriqueña. Además, ocupa el cargo de director del Instituto Cardiovascular San Lucas, donde supervisa el crecimiento y desarrollo profesional de su equipo médico. Para él, es una fuente de satisfacción personal contribuir al bienestar y la seguridad de los pacientes desde esta posición.
En su desafiante labor, el doctor Rivera ha aprendido a comprender la importancia del aspecto clínico en la atención a los pacientes, especialmente en situaciones que presentan desafíos únicos. También ha adquirido la habilidad de tomar decisiones cruciales en momentos críticos.
“Me apasiona la posibilidad de influir en el crecimiento y la excelencia del equipo médico”, confesó y agregó además que le gratifica que se logre desde su posición “buscar todas las estrategias posibles para el mayor bienestar y seguridad del paciente”.
Desafíos en su labor
Mantenerse actualizado en un campo médico en constante evolución es una prioridad para el Dr. Rivera. Reconoce que es fundamental mantener la certificación a través de exámenes periódicos, no solo como una obligación, sino como “un compromiso con la excelencia y la atención de calidad” para sus pacientes.
Otro de los desafíos que enfrentamos actualmente en la cardiología es la comparativa del sistema de salud en Puerto Rico con el de la nación norteamericana. Esto implica adaptarse a diferentes sistemas y recursos disponibles.
El campo de la cardiología en Puerto Rico enfrenta desafíos particulares al compararse con el sistema de salud de los Estados Unidos. Los profesionales de la salud deben adaptarse a diferentes sistemas y recursos disponibles, lo que implica desafíos relacionados con la disponibilidad de recursos y la prestación de servicios médicos de alta calidad.
En esta línea, el doctor resalta que “los profesionales de la salud deben enfrentar desafíos relacionados con la disponibilidad de recursos y la prestación de servicios médicos de alta calidad”.
Finalmente, el doctor Rafael Rivera comparte un mensaje inspirador para aquellos que consideran la cardiología como profesión. Les insta a verla como una especialidad apasionante que ofrece la oportunidad de salvar vidas y marcar una diferencia significativa en la salud de las personas.
“Recuerden que la dedicación y el compromiso son fundamentales para tener éxito en esta carrera. Además, es esencial mantener un enfoque constante en la salud y el bienestar de los pacientes”.
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