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La historia de Yashira: de cómo la preeclampsia afectó sus riñones y la necesidad de un trasplante

Yashira Colón nunca había sido diagnosticada con una enfermedad renal antes del nacimiento de su segunda hija. En su embarazo, Yashira fue diagnosticada con preeclampsia, una complicación del embarazo potencialmente severa caracterizada por una presión arterial elevada.

Posterior a su parto, los niveles de presión de Yashira se controlaron, aunque no completamente. No fue hasta tres años después cuando comenzó a presentar síntomas como dolor de cabeza y nuca demasiado fuertes que se evidenció lo inesperado.

“Ahí fue cuando encontraron los niveles de creatinina alterados. Entonces me enviaron a hacer exámenes más profundos y se encontró que se trata de una enfermedad renal”, precisó la entrevistada.

Y es que el diagnóstico recibido durante el embarazo de preeclampsia no solo se caracteriza por la presión arterial alta, sino que también se pueden observar daños en otros órganos como el hígado o los riñones.

Yashira fue diagnosticada esta vez con insuficiencia renal y sus riñones estaban funcionando apenas al 16% de su capacidad.

Debido a esto la primera medida fue la diálisis de emergencia debido a los altos niveles de creatinina. Así estuvo durante nueve meses, apoyada por su familia y con fe en salir adelante, sobre todo por sus niñas que aún estaban pequeñas.

“Duré alrededor de un mes mientras me daba una primera diálisis porque estaban haciendo sonogramas, estudios del riñón, estudios más profundos para ver si era necesario hacerme la diálisis”.

También afirma que fue un proceso fuerte debido a que pasó bastante tiempo alejada de sus hijas. “Vi que el proceso era difícil y tedioso pero mi mente lo que pensaba era en salir de ese proceso”.

Durante nueve meses estuvo Yashira en diálisis tres veces por semana durante cuatro horas. Sin embargo, con fe se enlistó para la posibilidad de recibir un nuevo órgano y recibió la atención e información adecuada en el Centro de Trasplantes. Fue cuando, casi tres meses después de entrar en la lista de espera recibió la tan esperada llamada de que existía la posibilidad de un trasplante para ella. El impacto en su vida fue gigantesco y hoy agradece la segunda oportunidad de vida que le permitió esa persona que decidió donar su riñón.

“Yo siempre pienso que esto es algo prestadito de Dios para que siga aquí y lo cuido como si fuera un bebé”, confesó.

Ahora sus cuidados son mayores, desde una mejor alimentación hasta la ingesta constante de agua. Para Yashira su mundo cambió, sobre todo en su perspectiva de él:

“Mi percepción sobre el mundo cambió porque ahora sé que es una bendición tener una vida, con mi familia, con mis nenas, la salud y sobre todo el tiempo de calidad con la familia”.

Hoy Yashira tiene apenas veintinueve años y todas estas circunstancias de vida le han enseñado a valorar la oportunidad de permanecer en este mundo terrenal junto a sus hijas que ama. A todos los que pasan por una situación similar a la que ella atravesó les comparte:

“Yo les diría a las personas que están pasando por una situación como este que el proceso vale la pena. Detrás de todo ese proceso hay calidad de vida, hay esperanza y fe. No pierdan la fe porque sí se puede. Vale la pena pasar por todo eso porque hay vida”.

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