En los últimos años, hemos sido testigos de un preocupante aumento en la prevalencia de la diabetes en la población pediátrica. La diabetes en niños presenta desafíos únicos que requieren una comprensión especializada y un manejo adaptado a su edad. Para arrojar más luz sobre este tema, en BeHealth conocimos la perspectiva de la la Dra. Marina Ruiz Montilla, endocrinóloga pediátrica, quien destaca la importancia de distinguir entre los casos pediátricos y los de adultos en el ámbito de la endocrinología.
A pesar del crecimiento de la diabetes tipo 2 relacionada con la alimentación y la obesidad infantil, la diabetes tipo 1 sigue siendo la más prevalente en la población pediátrica. Por ello, es esencial comprender que «los niños no nacen con diabetes tipo 1; esta es una condición autoinmune que se desarrolla debido a factores genéticos y, en ocasiones, a eventos desencadenantes». Este proceso lleva a un deterioro progresivo del páncreas, el órgano que libera insulina, resultando en la necesidad de administrar insulina al niño afectado.
«La diabetes tipo 2 está en aumento en la población pediátrica, y en enero, la Academia Americana de Pediatría lanzó pautas para el manejo de la obesidad y la diabetes en este grupo. Estas directrices se centran en factores cruciales como la alimentación, que desempeña un papel significativo en el desarrollo de la obesidad y la diabetes tipo 2. Comprender la interconexión entre estos elementos es esencial para abordar adecuadamente el aumento de la prevalencia de la diabetes tipo 2 en niños», agregó la especialista.
Avances en el tratamiento
De acuerdo con la doctora, se han desarrollado diversos medicamentos para el manejo de la diabetes tipo 2 en la población pediátrica, representando una mejora significativa en comparación con el pasado. Ahora, «contamos con tratamientos inyectables similares a los utilizados en adultos. Es crucial destacar que la prescripción y supervisión de estos medicamentos deben realizarse bajo la dirección de un profesional médico».
En el caso de la diabetes tipo 1, también hemos experimentado avances notables. «Dispositivos como las bombas de insulina y los sensores continuos de glucosa han mejorado significativamente el control de la enfermedad. Estos dispositivos permiten a los niños gestionar su diabetes de manera más eficiente, reduciendo la necesidad de frecuentes punciones para verificar los niveles de azúcar a lo largo del día».
Para finalizar, la Dra. Ruiz Montilla enfatizó la importancia de la atención médica regular. Recomienda que los padres lleven a sus hijos al médico primario al menos una vez al año y, para aquellos con diabetes, programar consultas con especialistas pediátricos en endocrinología cada tres a cuatro meses. Este enfoque preventivo contribuirá significativamente al bienestar y la salud a largo plazo de los niños. La responsabilidad recae en los padres para asegurar el cuidado óptimo de sus hijos, una labor esencial para garantizar un futuro saludable.
«Para aquellos niños que tienen diabetes, es crucial programar consultas con especialistas pediátricos en endocrinología cada tres a cuatro meses. Este enfoque preventivo contribuirá significativamente al bienestar y la salud a largo plazo de los niños. Padres, recuerden que la responsabilidad de llevar a cabo estas acciones recae en ustedes para asegurar el cuidado óptimo de sus hijos».
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