En una época en la que la supervivencia contra diferentes formas de cáncer ha alcanzado niveles sin precedentes, poco más de una de cada diez muertes se produce debido a problemas cardiovasculares que pueden haberse descuidado durante el tratamiento del cáncer. Si no se derivan directamente de ellos.
El cáncer y la salud del corazón
La cifra surge de un estudio publicado en el European Heart Journal, que ha vuelto a poner de relieve la presencia de problemas de salud cardiovascular en pacientes con cáncer. Así se descubrió que el 38% de los pacientes habían muerto por complicaciones de sus enfermedades oncológicas (pulmón, hígado, estómago, cerebro, páncreas, esófago, ovario y mieloma múltiple).
El 11% de las muertes no se debieron a un cáncer, sino a un problema cardíaco (3 de cada 4 casos) o vascular. Concretamente, el riesgo de morir por un problema cardíaco era mayor en el primer año después del diagnóstico y en los pacientes menores de 35 años. Y, en comparación con el resto de la población, los pacientes de cáncer tenían un mayor riesgo de morir por un problema cardíaco (de 2 a 6 veces más alto) que la población general
Los tumores más «peligrosos» para el corazón…
El análisis mostró que el mayor número de muertes se había producido en pacientes con cáncer de mama (60.409) y cáncer de próstata (84.534). Sin embargo, en cuanto a la frecuencia, las muertes por causas cardiovasculares se registraron sobre todo en pacientes con cáncer de riñón (19%), laringe y próstata (17), útero e intestino (16) y cáncer de mama.
«Los afectados por estas enfermedades tienen más probabilidades de morir de problemas cardiovasculares que de cáncer», explica Kathleen Sturgeon, investigadora del Departamento de Salud Pública de la Universidad de Penn.
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El riesgo puede disminuir con el tiempo, pero es necesario trabajar más con estos pacientes para que comprendan lo importante que es adoptar un estilo de vida saludable incluso después de la enfermedad. Se hace referencia al papel que la dieta y la actividad física, así como la renuncia al tabaco y al alcohol, pueden desempeñar en la reducción del riesgo de recurrencia y el empeoramiento de la salud cardiovascular.
Posibles problemas cardiovasculares
A medida que vivimos más y más tiempo, y con un mayor riesgo de enfermar en la vejez, la probabilidad de enfrentarse a un paciente que ya está en mala salud es mayor. Por eso, en los últimos años, se ha incrementado la atención a la salud cardiovascular de los pacientes con cáncer.
¿Qué hacer?
Hasta ahora, la evaluación del riesgo cardiovascular no ha sido la prioridad de los oncólogos, centrada en la curación de la enfermedad. Sin embargo, se empieza a notar una cierta mejoría. No hay ninguno para todos. Pero además de las indicaciones preventivas mencionadas, todo paciente de cáncer debe ser visto por un cardiólogo antes de comenzar el tratamiento y, de manera regular, durante y después de la finalización del mismo.