En la era digital, el uso de las redes sociales ha alcanzado proporciones masivas, con alrededor de 4 mil millones de personas en todo el mundo utilizando plataformas como Facebook, Twitter e Instagram. Este fenómeno ha suscitado la preocupación de expertos en salud mental, quienes exploran la posible relación entre el uso intensivo de las redes sociales y la depresión.
Vínculo entre redes sociales y depresión
La evidencia acumulada sugiere que existe un vínculo entre el tiempo dedicado a las redes sociales y las tasas de depresión, especialmente entre adolescentes y adultos jóvenes. Diversos estudios recientes han revelado que aquellos que pasan más tiempo en plataformas como Instagram y Facebook presentan tasas de depresión sustancialmente más altas, oscilando entre el 13% y el 66%, en comparación con aquellos que limitan su exposición.
Es crucial destacar que estos estudios establecen una correlación, no una causalidad directa entre el uso de redes sociales y la depresión. Sin embargo, esta asociación plantea preguntas importantes sobre cómo las redes sociales podrían estar afectando negativamente a la salud mental de los adolescentes y adultos jóvenes.
Una pista reveladora es la coincidencia temporal entre el aumento de la depresión y el crecimiento exponencial en el uso de teléfonos inteligentes. Un estudio realizado en 2017 con más de medio millón de estudiantes encontró un aumento del 33% en los síntomas depresivos entre 2010 y 2015. Este periodo coincidió con la introducción masiva de teléfonos inteligentes, que para 2015 eran poseídos por el 92% de los adolescentes y jóvenes.
Jean Twenge, psicólogo de la San Diego State University y autor principal del estudio, señala que la correlación entre el aumento de los síntomas depresivos y la adopción de teléfonos inteligentes es significativa, incluso al comparar año tras año.
Cambios en las interacciones sociales
El uso extensivo de las redes sociales también ha cambiado la dinámica de las interacciones sociales, especialmente para los adolescentes y adultos jóvenes actuales. En lugar de pasar tiempo en persona con sus pares, muchos están más conectados electrónicamente a través de plataformas sociales.
En la era digital, el uso de las redes sociales ha alcanzado proporciones masivas, con alrededor de 4 mil millones de personas en todo el mundo utilizando plataformas como Facebook, Twitter e Instagram. Este fenómeno ha suscitado la preocupación de expertos en salud mental, quienes exploran la posible relación entre el uso intensivo de las redes sociales y la depresión.
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Alexandra Hamlet, psicóloga clínica del Child Mind Institute, destaca la importancia de las conexiones humanas profundas y empáticas para el bienestar emocional. Advierte que las interacciones superficiales en las redes sociales pueden dejar a las personas socialmente aisladas y menos conectadas, lo cual es fundamental para el bienestar psicológico.
FOMO
Un aspecto interesante que surge de los estudios es la excepción en la correlación entre redes sociales y depresión para las niñas que mantienen una alta interacción tanto en línea como fuera de línea. Aquellas que participan activamente en ambas formas de interacción no muestran el aumento en los síntomas depresivos observado en aquellas con interacciones más limitadas en persona.
Este fenómeno también se relaciona con el «FOMO» o miedo a perderse algo, que Jerry Bubrick, psicólogo clínico en el Child Mind Institute, describe como el temor a no estar conectado al mundo social. Este miedo puede desencadenar un constante intento de mantenerse actualizado con las actualizaciones en línea, priorizando interacciones sociales que pueden no ser emocionalmente gratificantes y, de hecho, contribuir a un mayor aislamiento.
Aislamiento social
Otro aspecto crítico es la conexión entre el uso de redes sociales y la percepción de aislamiento social. Un estudio reciente con adultos jóvenes mostró una correlación entre el tiempo dedicado a las redes sociales y la percepción de aislamiento social. Sin embargo, la dirección de la relación aún no está clara: ¿las personas que se sienten socialmente aisladas pasan más tiempo en las redes sociales o los usuarios más activos desarrollan la percepción de aislamiento social?
Doomscrolling
En este contexto, surge el concepto de «doomscrolling», que se refiere al hábito de consumir noticias negativas de manera compulsiva en las redes sociales, contribuyendo a sentimientos de ansiedad y depresión. La exposición constante a noticias desalentadoras puede tener un impacto significativo en la salud mental, especialmente cuando se realiza antes de dormir, afectando el sueño y la satisfacción general con la vida.
Autoestima
La autoestima también se ve afectada por el uso de redes sociales, especialmente entre adolescentes que comparan negativamente sus vidas con las imágenes editadas estratégicamente de sus compañeros. La presión por cumplir con estándares poco realistas de belleza y éxito puede contribuir a la pérdida de confianza en sí mismos y a la ansiedad.
En particular, Instagram, centrado en imágenes, ha sido identificado como una plataforma que contribuye significativamente a la ansiedad, la depresión y las preocupaciones sobre la imagen corporal. La creación de una imagen perfecta en las redes sociales no solo afecta a aquellos que se sienten inadecuados, sino también a quienes aparentan tener éxito en ello, generando una preocupación constante por mantener una fachada que pueda ser aceptada por sus pares.
Adicción a internet
El aumento del uso de las redes sociales también ha llevado a la denominada «adicción a internet». Un estudio con participantes de 16 a 51 años encontró que aquellos identificados como adictos a internet mostraban una mayor incidencia de depresión moderada a severa en comparación con los no adictos. Este hábito compulsivo de reemplazar la interacción social real con la interacción en línea se ha asociado con un grave impacto en la salud mental.
Aunque se necesita más investigación para establecer causalidad en lugar de solo correlación, la evidencia existente subraya la importancia de abordar el uso de redes sociales de manera consciente y fomentar conexiones humanas significativas fuera del ámbito digital. Como advierte Jean Twenge, psicólogo de la San Diego State University, la situación actual de deterioro de la salud mental entre los jóvenes es preocupante, y cualquier conocimiento que arroje luz sobre esta tendencia será valioso para la sociedad.
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Fuentes: Child Mind Institute, VeryWell Mind, BBC, MIT Management Sloan School.