El párkinson, una de las condiciones neurodegenerativas más frecuentes en la actualidad, sigue generando misterios y develaciones sobre su incidencia en el ser humano. Un estudio europeo, por ejemplo, reveló que la pérdida de habilidades motoras suele ser uno de los factores más incidentes en esta población.
Los resultados los encontró la División de Trastornos del Movimiento del Hospital Universitario Fundación Alcorcón, en Madrid, España. Para ver esa incidencia, analizaron a 49 pacientes con enfermedad de Parkinson que estaban en diferentes etapas de la condición.
Así las cosas, los investigadores evidenciaron que la dificultad motora suele afectar con más preponderancia a los pacientes con esa patología, que las mismas habilidades de procesamiento que, hasta ahora, se creía que era lo que más afectan a los pacientes.
Entonces, el estudio evidenció que más allá de los temblores, que suele ser uno de los síntomas más característicos del párkinson, no es lo único que deben enfrentar los pacientes, sino que se encontró que hay dolor que afecta la habilidad motora y, por ende, genera serias afectaciones en los pacientes diagnosticados.
“La pérdida de habilidades motoras de la persona con enfermedad de Parkinson se correlaciona débilmente con la carga del cuidador (r = -0,34; p = 0,02)”, describieron los expertos.
De hecho, otro de los apartes de esta investigación española evidenció, además, que los cuidadores de los pacientes con esta enfermedad neurodegenerativa también tienen mucho que ver debido a que las habilidades motoras y su pérdida puede afectar negativamente en cómo los cuidan familiares, parejas y amigos.
Los investigadores del país ibérico, además, evidenciaron que la pérdida de habilidades motoras juega un rol negativo en la calidad de vida de los pacientes, por lo que pon de manifiesto estrategias para que este factor se analice y se aborde desde diferentes perspectivas en favor de quienes viven con párkinson.
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Dentro de los parámetros que debían cumplir los pacientes que participaron de la investigación estuvieron el diagnóstico, tener respuestas motoras estables o ligeramente fluctuantes en el tratamiento con medicamentos al que se deben someter para mejorar los síntomas de su condición.
Así mismo, los pacientes con párkinson no debían tener tan avanzada la enfermedad para que respondiera asertivamente. Por ello, su capacidad cognitiva no tenía que estar tan afectada, lo que les permitía a los investigadores entender de primera mano la incidencia en sus cerebros y mentes.
“Se registró: escala de actividades de la vida diaria de Schwab & England, cuestionario de la enfermedad de Parkinson (PDQ-39) y EuroQoL (EQ-5D), y la dosis diaria equivalente de levodopa”, detalló el estudio.
En la investigación, además, participaron terapeutas ocupacionales que iban hasta la casa de los pacientes y, mediante una serie de pruebas, evaluaban la afectación del párkinson en el organismo de los pacientes.
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Los resultados fueron determinantes: “40,8% se encontraba en estadio II de la escala de Hoehn y Yahr, 26,5% en el estadio III y 32,7% en el estadio IV. La duración de la enfermedad fue de 10,58 (± 6,19) años y la dosis diaria equivalente de levodopa fue de 845,25 (± 340,28) mg”, describieron los expertos.
Así mismo, se encontró que quienes tenían pérdida de habilidades motoras presentaban incomodidad en el cuerpo, dolor, problemas en la calidad del movimiento, entre otros factores anómalos que debieron ser tratados con otras opciones terapéuticas.
Pese a estos resultados, esta investigación abre el espectro para que otros investigadores sigan evaluando el tema y se conozca más a fondo la incidencia de estos síntomas en quienes tienen la condición de párkinson.
“Conocer estas características permitirá a los profesionales de la salud atender los fenómenos que más afectan la vida de los pacientes y los cuidadores”, destacaron los autores del estudio oriundos de España.