Con el tiempo, el cerebro, uno de los motores más importantes para vivir, se ve afectado de diversas maneras, mientras que algunas personas mayores experimentan una disminución notable en sus capacidades cognitivas, otras mantienen una mente ágil y activa, desafiando las expectativas. Según expertos, se trata de una combinación de genética, experiencias de vida y decisiones cotidianas.
Investigaciones como las de las Cohortes de Nacimiento de Lothian en Escocia han demostrado que las habilidades cognitivas en la infancia pueden predecir en gran medida el estado del cerebro en la vejez. Según el investigador Simon R. Cox, aproximadamente la mitad de la variación en el envejecimiento cognitivo está ligada al nivel de inteligencia en los primeros años de vida. Sin embargo, esto no significa que el destino esté sellado desde la infancia.
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Hábitos para un cerebro saludable
Los estudios apuntan a varios factores clave que pueden influir positivamente en la salud cerebral con el paso de los años:
- El ejercicio regular mejora la conectividad cerebral y protege contra el deterioro cognitivo
- Dietas como la mediterránea, que incluyen antioxidantes y omega-3, ayudan a mantener el cerebro funcionando de manera óptima, especialmente en personas con factores de riesgo cardiovasculares
- Aprender nuevas habilidades, como un idioma o un instrumento, mantiene al cerebro activo y adaptable, reduciendo los efectos del envejecimiento
Algunos adultos mayores, conocidos como superenvejecedores cognitivos, logran preservar habilidades mentales propias de personas mucho más jóvenes. La ciencia aún investiga qué los hace únicos, pero se sabe que mantienen hábitos saludables como realizar ejercicio constante y participar en actividades desafiantes para la mente. Estudios de imágenes cerebrales han demostrado que sus cerebros muestran menos signos de envejecimiento, lo que indica que estos estilos de vida pueden marcar una gran diferencia.
La meditación como aliado del cerebro
La meditación, además de reducir el estrés, se ha vinculado con el mantenimiento de la materia gris del cerebro y con un envejecimiento celular más lento.
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Investigaciones preliminares sugieren que quienes practican meditación durante décadas tienen cerebros que envejecen de manera más lenta, lo que destaca su potencial como una herramienta poderosa para cuidar la salud cognitiva.