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Primeros síntomas de la espondilitis anquilosante

La espondilitis anquilosante es un tipo de artritis inflamatoria que afecta la columna vertebral y las articulaciones más grandes.

Es una condición común en hombres que suele comenzar al principio de la edad adulta, caracterizándose principalmente por una reducción en la flexibilidad de la columna, haciendo que las personas adopten una posición jorobada hacia adelante.

Aunque los síntomas pueden variar de paciente a paciente, muchos relacionan un signo común que es el dolor de espalda profundo,especialmente en horas de la mañana regularmente tras un periodo de descanso, que suele mejorar cuando el paciente realiza algún tipo de movimiento o actividad.

Ante la sospecha de la presencia de alguna enfermedad reumática es importante consultar al reumatólogo de forma oportuna,ya que en el caso de la espondilitis anquilosante, su diagnóstico puede ser difícil y puede tardar un periodo de entre 5 y 10 años alcanzarlo.

Primeros signos y síntomas de la condición:

  • Dolor de espalda intenso que dura más de tres meses
  • Con el tiempo, el dolor se expande a las nalgas y a ambos muslos.
  • Las molestias mejoran con ejercicio, (contrario a casos de dolor de espalda no inflamatorios)
  • Rigidez matutina de la espalda (30 minutos o más)
  • Fatiga y agotamiento

Otros criterios que pueden indicar espondilitis anquilosante:

  • Inflamación asimétrica de articulaciones individuales
  • Dolor en el talón u otra inflamación de la inserción del tendón (entesitis)
  • Inflamación del iris (iritis) en el ojo
  • Dolor en el esternón, restricción de la expansión torácica sin causa aparente
  • Mejoría clara con un medicamento antiinflamatorio no esteroideo (sin cortisona) dentro de las 48 horas y regreso del dolor tras suspender el medicamento

En muchos casos los síntomas de la espondilitis anquilosante suelen confundirse con una lumbalgia o dolor fuerte en la parte baja de la espalda, sin embargo, a diferencia de esos típicos dolores, en este caso, suele sentirse alivio al caminar o al ponerse en acción y generalmente se siente una molestia mayor en horas de la madrugada mientras se está en reposo.

En algunos pacientes el dolor puede extenderse a otras articulaciones como los hombros, las costillas, las caderas, las rodillas y los pies. Además, pueden presentar signos como fiebre, pérdida de apetito o de peso, fatiga y malestar general que puede aparecer y desaparecer dependiendo de cada paciente.

¡Consulta de forma oportuna!

Entre las alternativas para alcanzar el diagnóstico los especialistas pueden apoyarse con radiografías, resonancia magnética y medidas de inflamación que en muchos de los pacientes son muy elevadas.Con ello, se puede ofrecer un tratamiento farmacológico que logre un control sobre la enfermedad.

«SI frecuentemente amanece con un dolor y usted ve que este mejora durante el día pero cuando cae la tarde vuelve la rigidez y es una persona joven, hay que buscar ayuda, ya que no se trata de un simple lumbar”, aseveró la reumatóloga Amarilis Pérez de Jesús en entrevista con BeHealth.

Con información Asociación alemana Morbus Bechterew eV Asociación federal

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