La psoriasis es una afección de la piel que puede provocar que algunas áreas de la piel se vean enrojecidas, inflamadas y escamosas. Estos y otros síntomas evidentes de la condición son además un factor que podrían provocar ansiedad, depresión o vergüenza en los afectados.
El Dr. Samuel Sánchez, dermatólogo puertorriqueño, destaca que “la psoriasis es una afección que afecta a aproximadamente el 2% de la población en Puerto Rico, lo que equivale a unas 200,000 personas, y que se manifiesta de manera diferente en cada paciente”.
En esta línea, la naturaleza crónica y no curable de la enfermedad psoriásica, la inflamación sistémica que se produce en el organismo y el hecho de que la enfermedad sea visible en la piel hace que las personas que viven con la enfermedad psoriásica corran el riesgo de desarrollar ansiedad, entre otras condiciones de salud mental.
Relación entre la psoriasis y la ansiedad
El estudio «Inside Psoriatic Disease: Mental Health IFPA» revela que las personas con psoriasis tienen una mayor probabilidad de experimentar ansiedad en comparación con aquellas sin esta enfermedad de la piel. Varios estudios han investigado la prevalencia de la ansiedad en individuos con psoriasis, encontrando tasas que varían entre un 7% y un 48%.
La relación entre psoriasis y ansiedad es bidireccional: la psoriasis puede desencadenar ansiedad, y a su vez, la ansiedad puede empeorar los síntomas de la psoriasis. La coexistencia de lesiones en la piel y síntomas articulares agrava la ansiedad, aunque la gravedad de la psoriasis no parece estar directamente relacionada con el riesgo de desarrollar ansiedad.
El picor, un síntoma común de la psoriasis, aumenta los niveles de ansiedad. Similar a la relación con la depresión, los trastornos de ansiedad comparten similitudes moleculares con la enfermedad psoriásica.
¿Puede la psoriasis causar ansiedad social?
Según el Instituto Nacional de Salud Mental, la ansiedad social puede provocar que alguien:
- Sienta temor de ser juzgado por otros.
- Evite la compañía de otras personas.
- Experimente malestares estomacales.
- Sienta vergüenza o incomodidad en presencia de los demás.
- Experimente síntomas físicos como temblores, palpitaciones aceleradas o enrojecimiento.
- Evite el contacto visual o hable en voz baja.
- Sienta aprensión ante la interacción con los demás.
Para la licenciada Vivianne Santiago, quien es consejera y psicóloga especializada, «hechos como la visibilidad de las lesiones cutáneas, el impacto de otras comorbilidades, la falta de respuesta al tratamiento o la cronicidad podrían afectar la imagen corporal del pacientes, lo que influye en el autoconcepto y autoestima».
Por ejemplo, una persona con psoriasis puede evitar ir a una reunión social debido a que cree que los demás pueden burlarse de ella o considerar que la psoriasis es “asquerosa”.
Al evitar las reuniones sociales, la persona puede sentirse más sola y podría desarrollar síntomas de depresión debido al aislamiento social.
“A veces esas miradas o ese rechazo que uno puede sentir, obviamente nos afecta. También el impacto de otras condiciones asociadas a la psoriasis como el sobrepeso o la artritis”, menciona la especialista.
Se sabe además que la edad en la que se desarrolla la psoriasis también influye en la ansiedad social y la depresión. Quienes la desarrollan antes de los 18 años suelen experimentar ansiedad social debido a la estigmatización, mientras que aquellos que la desarrollan después de los 18 años tienden a sentir ansiedad social relacionada con la percepción de su apariencia y autoestima.
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