Escuchamos mucho sobre el sistema inmunológico y su importancia para nuestra salud. ¿Sabemos qué hacer para protegerlo?
Siempre dicen que cuando algo debilita el sistema inmunológico, podemos enfermarnos. Sin embargo, ¿sabe realmente qué es lo que destruye y debilita el sistema inmunológico? Descúbrelo en este artículo y empieza a prestar más atención a lo que pone en riesgo tus defensas.
¿Qué es el sistema inmunológico?
El sistema inmunológico es la barrera natural que tiene nuestro cuerpo para preservar la vida, para evitar que nos pase algo «malo».
Sin el sistema inmunológico, no podríamos vivir, ya que todos los agentes tóxicos, virus, bacterias y hongos entrarían en nuestro cuerpo sin problemas. Otra tarea importante del sistema inmunológico es evitar la proliferación de enfermedades que puedan superar las barreras iniciales.
¿Qué sucede cuando nuestro sistema inmunológico no es efectivo?
Seguro que puedes responder por ti mismo. Tendríamos muchas más posibilidades de enfermarnos y contraer infecciones. Este es el caso de los pacientes con el VIH (virus de la inmunodeficiencia humana), por ejemplo. Estas personas tienen un sistema inmunológico muy débil (porque la enfermedad elimina las defensas) y por esta razón incluso un simple resfriado puede causar la muerte.
Sin llegar a estas situaciones extremas, debe saber que un sistema débil (desequilibrado) no es capaz de protegernos y defendernos como debería.
Cuando algo debilita el sistema inmunológico, no somos resistentes a los microorganismos que lo dañan. Esto provoca consecuencias negativas, como enfermedades crónicas o prolongadas, reincidencia en ciertas patologías y problemas de curación.
No solo sufrimos de fiebre, catarro y resfriados, sino que el cuadro podría empeorar: infecciones urinarias, renales o hepáticas, artrosis, virus del papiloma humano (VPH), artritis, problemas de piel, onicomicosis, etc.
¿Qué es lo que debilita el sistema inmunológico?
Podríamos incorporar las causas de un sistema inmunológico débil en tres grupos principales: nutrición, emociones y actividad.
Nutrición
«Somos lo que comemos» es una frase muy común, en este caso podríamos sustituirla por «Nos enfermamos dependiendo de lo que comemos». Muchos alimentos que suelen estar presentes en nuestra dieta diaria debilitan el sistema inmunológico. Estos son los siguientes:
- Harinas refinadas (blancas)
- Cereales procesados y endulzados
- Leche de vaca
- Aditivos, conservantes y colorantes
Azúcar blanco - Bebidas con gas
- Dulces
- Alimentos enlatados, aperitivos y todos los alimentos preparados, en polvo, congelados, etc.
Si se enferma con demasiada frecuencia, es posible que consuma estos alimentos en exceso.
Emociones
Especialmente el estrés, la ansiedad y el nerviosismo. Todas estas emociones, que en grandes cantidades son peligrosas, reducen la capacidad de nuestras defensas para protegernos de los «invasores». Por eso cuando estamos muy cansados, llenos de trabajo y obligaciones, ansiosos y nerviosos, es más fácil enfermarse.
En relación con lo que se acaba de decir, está comprobado que en estos casos el cuerpo siente la necesidad de ciertos alimentos, que son precisamente los que nos empeoran; por ejemplo, cuando estamos deprimidos, no queremos jugo de naranja, sino papas fritas.
El estrés arruina el sistema inmunológico, así que es bueno tratar de mantener la calma. Crees que todos tenemos problemas y lo que marca la diferencia es la forma en que nos relacionamos con ellos.
Actividades
El sedentarismo está estrechamente relacionado con enfermedades de todo tipo, ya que debilita el sistema inmunológico. Y no sólo nos referimos al sobrepeso o al colesterol, sino también a enfermedades más graves. Si te sientas en la oficina todo el día o no haces ejercicio, empieza a cambiar tu horario para mover tu cuerpo al menos dos veces a la semana.
No requiere un esfuerzo excesivo y los beneficios son enormes. Si no quieres ir al gimnasio o al parque, no hagas nada, baila en casa, compra una bicicleta estática (y úsala, no tiene que formar parte de la decoración), sube las escaleras en lugar de coger el ascensor, camina al trabajo o ve de compras, etc.
¿Cómo aumentar las defensas de forma natural?
Puedes fortalecer tu sistema inmunológico siguiendo un estilo de vida saludable, como ya te hemos dicho. Aquí hay algunos consejos que pueden ayudarte a mejorar esto:
Come más sano
La fruta, las verduras, la harina integral, los frutos secos y las legumbres nunca pueden faltar en tu dieta. No te olvides de beber al menos dos litros de agua al día. Compre más concienzudamente y llene su refrigerador con comida natural para no caer en la tentación.
Duerme bien
Otro factor para aumentar las defensas es descansar bien. No hay un número estándar de horas de sueño, porque todo depende de la persona, aunque el promedio general sea de 7 horas (puede ser de 6 u 8). El sueño ayuda a recuperar la energía consumida durante el día y a fortalecer el sistema inmunológico.
Aprovecha la luz del día
Si trabajas en una oficina en el centro de la ciudad, sal a almorzar en una plaza cercana o en un lugar al aire libre donde puedas disfrutar del sol. Intenta quedarte lo más cerca posible de una gran ventana y abre las cortinas. No use la luz artificial hasta la tarde.
Vive con optimismo
Una sonrisa es una buena terapia. Se recomienda a los pacientes con enfermedades terminales o crónicas, para lograr una mejor calidad de vida. El buen humor lucha contra el mal humor, mantiene alejada la depresión, el estrés, el nerviosismo, la ansiedad, etc.