Según el Instituto de Misofonía, la misofonía es bastante común y afecta aproximadamente al 15% de los adultos (o 1 de cada 6,5 adultos).
La misofonía es un trastorno donde ciertos ruidos pueden desencadenar reacciones que se pueden percibir como irrazonables. Este trastorno se caracteriza por dos extremos: el extremo suave y grave.
Los sonidos suaves se refieren a los que no molestan a las personas fácilmente. En casos más graves como escuchar ruidos repetitivos como el tic-tac de un reloj o limpiaparabrisas. Ambos tipos de sonidos, pueden causar una reacción de disgusto, enojo o incluso, provocar una respuesta de lucha o huida.
Causa
Al momento no existe una causa determinada para la misofonía, no obstante, suele ocurrir junto con otras afecciones mentales y de salud auditiva, como el trastorno obsesivo-compulsivo, los problemas de ansiedad o el síndrome de Tourette. Los expertos aseguran que estos trastornos pueden ser la causa de la misofonía. Sin embargo, se sospecha que existe alguna conexión entre ellas. De igual manera, creen que la ansiedad puede mejorarlo o empeorarlo.
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Las personas con misofonía suelen tener más mielina, una capa compuesta de proteína y sustancias grasas, que se forma, en las células nerviosas del cerebro. Esto significa que los «sonidos desencadenantes» provocan más actividad en partes del cerebro relacionadas con emociones como el miedo, así como con recuerdos a largo plazo. Sin embargo, los científicos no conocen con certeza si estos signos físicos son la causa de la misofonía o si ocurren a causa de ella.
Lo que no es
Es común que un taladro de dentista, el llanto de un bebé o un grito fuerte le sobresalten o sean sonidos que molesten a una persona. Sin embargo, esto no determina que una persona tiene este trastorno. Si tienes misofonía (una palabra con raíces griegas que significa “odio”), incluso los sonidos comunes pueden resultar en reacciones exageradas debido a la poca tolerancia de estos sonidos.
Diagnóstico
No existe un grupo específico de síntomas o pruebas para diagnosticar la misofonía, por lo que puede ser difícil de diagnosticar. En este caso, un audiólogo puede ayudar a descartar otros trastornos auditivos y recomendarle asesoramiento o habilidades para afrontar la situación.
Aquí hay algunos signos claves de misofonía:
- Sensibilidad a sonidos específicos o incluso al pensamiento de ellos.
- El sonido te irrita, te asusta o te enoja, lo que quizás te haga evitar lo que produce el sonido o incluso arremeter contra ti.
- Te pones ansioso al saber que entrarás en un entorno donde los sonidos están presentes.
- Su respuesta altera su trabajo, escuela, familia o vida social.
- Otro trastorno auditivo, de salud o de salud mental no explica mejor sus síntomas.
Tratamiento
La misofonía no tiene cura ni terapias comprobadas, pero se puede controlar. Un enfoque multidisciplinario ha demostrado ser más eficaz. El mismo incluye recibir asesoramiento de apoyo, informarse sobre cómo reducir la respuesta fisiológica y terapia cognitiva. Se ha demostrado que la exposición a una combinación de ruido blanco junto con asesoramiento sobre habilidades de afrontamiento ayuda a desensibilizar a los sonidos.
Durante este proceso, un audiólogo o terapeuta puede guiarlo a través de sus opciones de tratamiento para encontrar la que funcione mejor para usted.
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Fuentes: WebMD, Instituto de Misofonía