Uno de los órganos más importantes y vitales que tiene el organismo, ubicado en el pecho, es el corazón. Este órgano cumple una función elemental: bombear sangre a todas las partes del cuerpo a través del sistema circulatorio.
Según MedlinePlus, sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, el corazón está constituido por dos aurículas, que reciben sangre de los vasos sanguíneos, y dos ventrículos, que reciben sangre de una aurícula y la impulsan por el sistema arterial.
La función principal del corazón es bombear sangre rica en oxígeno a través de las arterias hacia los tejidos y los órganos del cuerpo. Luego de recolectar la sangre desoxigenada por medio de las venas, esta se envía a los pulmones para ser oxigenada nuevamente, proceso conocido como circulación sanguínea.
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Efectos de la carne en el corazón
Varios estudios han asociado el consumo frecuente o excesivo de carne roja, especialmente la procesada, con un mayor riesgo de ciertos tipos de cáncer, como el cáncer colorrectal, debido a los compuestos químicos que se forman durante la cocción de la carne a altas temperaturas.
Aunque la carne roja, como la carne de res, cerdo y cordero, es una fuente de proteínas y nutrientes importantes, su consumo elevado puede tener efectos negativos en la salud del corazón. Esto se debe a su alto contenido en grasa y sodio. Además, la carne roja puede ser más difícil de digerir en comparación con otros alimentos, especialmente si se consume en grandes cantidades, lo que puede llevar a problemas digestivos, como el estreñimiento.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que la ingesta moderada de carne roja también tiene beneficios. La carne roja es rica en vitaminas del Complejo B, como B1, B2, B3, B6 y B12, las cuales son esenciales para mantener una óptima función del cerebro, la salud de la piel, una buena visión y la elaboración de células sanguíneas, según el Instituto Nacional de Carnes.
Las cifras del 9% y 18% de padecer una enfermedad cardíaca por el consumo de carne roja pueden parecer menores, pero no se toma en cuenta que muchas personas consumen más carne de la recomendada. La ingesta diaria no debería exceder entre 70 y 85 gramos, no mayor al 35% de la ingesta de energía total por día. En este sentido, a mayor consumo de carne roja, mayor es el riesgo de sufrir una enfermedad cardíaca.
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