El líquido amniótico es el líquido que rodea al embrión y luego al feto durante el desarrollo en el interior del saco amniótico.
Esta sustancia es la que permite al feto moverse dentro de la pared del útero sin que las paredes se ajusten demasiado a su cuerpo.
Durante las primeras semanas del embarazo aproximadamente hasta la semana 14, el líquido pasa del sistema circulatorio de mamá al saco amniótico.
Empezando el segundo trimestre del embarazo, el bebé ya es capaz de tragar el líquido y lo excreta por la orina, esto lo hace constantemente reciclando el volumen total del líquido amniótico cada pocas horas.
A través de los ultrasonidos se puede validar que la cantidad de líquido sea la apropiada, y en casos en los que existe muy poca o demasiada cantidad, se podrían llegar a generar complicaciones en el desarrollo del bebé.
¿Cuál es la cantidad de líquido amniótico en un embarazo normal?
La cantidad de líquido amniótico va aumentando poco a poco hasta el comienzo del tercer trimestre de gestación, puede que para este momento del embarazo se alcance un promedio de 1 litro.
Tu médico validará si cuentas con la cantidad de líquido amniótico correcta, en algunos casos contar con un exceso recibe el nombre de polihidramnios y cuando el líquido es escaso se conoce como oligohidramnios.
En cualquiera de las dos alteraciones, a través de los controles de seguimiento el médico podrá detectar la condición, además algunos síntomas como malestares abdominales, mayor dolor de espalda, falta de aire e hinchazón excesiva en pies y tobillos, podrían indicar que hay un exceso en el líquido.
Para corroborar la sospecha el médico puede solicitar una ecografía o un ultrasonido en el que se medirán los focos más grandes de líquido amniótico en cuatro secciones diferentes del útero y se sumarán para ver en donde se encuentra el índice que para el tercer trimestre no debe superar los 25 cm.
¿Por qué puede haber un exceso de líquido amniótico?
Algunas de las causas que pueden generar una alteración en la cantidad de líquido amniótico son:
Diabetes materna
Se calcula que alrededor de un 10% de las mujeres que desarrollan diabetes en el embarazo padecen polihidramnios, la condición suele desarrollarse particularmente durante el tercer trimestre del embarazo y surge por causa de un mal control en la enfermedad.
Embarazo de dos o más bebés
El embarazo de gemelos, mellizos o más bebés, representa un riesgo de presentar niveles altos de líquido amniótico, en algunos casos incluso uno de los bebés podría tener muy poco líquido, mientras que el otro tiene un exceso.
Anomalías genéticas
Algunas investigaciones señalan que los bebés que han tenido durante su desarrollo altos niveles de líquido amniótico tienen mayor riesgo de presentar una anomalía genética como el Síndrome de Down
Anemia fetal
Aunque es poco común, la presencia de polihidramnios puede ser un signo de que el bebé presenta un grave caso de anemia por una incompatibilidad en el Rh. Para este caso el médico puede sugerir una transfusión de sangre intrauterina frente a la cual, es importante que consulte sobre las ventajas y riesgos de este procedimiento.
¿Qué hacer tras un diagnóstico de polihidramnios?
Tras la sospecha y debida confirmación de un exceso en el líquido amniótico pueden solicitarse estudios como el de diabetes gestacional, además, pueden sugerir una amniocentesis para descartar posibles anomalías genéticas e infecciones.
Tener polihidramnios además requiere un reposo frecuente y un control exhaustivo durante el resto del embarazo para revisar el desarrollo del bebé y vigilar signos de posible parto prematuro o ruptura temprana de las membranas.
Además, luego de dar a luz, puede ser necesario la asistencia a controles rigurosos por lo que el útero al estar demasiado distendido puede presentar una hemorragia puerperal o posparto al no lograr contraerse bien.
Sigue siempre las indicaciones de los especialistas, asiste a los controles médicos y realiza los exámenes que solicitan para cuidar el adecuado desarrollo de tu embarazo y de tu bebé.
Con información babycenter