La hipertensión arterial tiene un efecto considerable en la velocidad con la que avanza la enfermedad renal en las personas con diabetes.
Se trata de una amenaza de salud que enfrentan millones de estadounidenses, a pesar de que muchos aún no comprenden realmente la interrelación de estos tres elementos. A pesar de ello es importante entenderlo para disminuir los riesgos de padecer estas afecciones pues muchas veces esto ocurre de manera invisible.
¿Qué ocurre realmente?
La diabetes hace que los riñones filtren sangre de manera menos eficiente. Asimismo, la enfermedad hace que los vasos sanguíneos se endurezcan y eso propicia la alta presión arterial.
También añadió que la alta presión arterial acelera la insuficiencia renal de la misma forma en que una llama se aviva al añadirle combustible. A su vez, eso empeora la alta presión que se considera como raíz de muchos problemas relacionados con el corazón.
De acuerdo con los CDC, aproximadamente un 37% de los adultos en Estados Unidos diagnosticados con diabetes también tiene insuficiencia renal crónica. La Fundación Nacional del Riñón calcula que hasta un 40% de las personas con diabetes de Tipo 2, desarrollará insuficiencia renal eventualmente.
Fármacos para la prevención
Existen medicamentos para la diabetes podría mejorar la situación de manera radical. Entre ellos se encuentran los siguientes:
Inhibidores del cotransportador de sodio y glucosa Tipo 2 (SGLT2): ayudan a prevenir que el azúcar se absorba en los riñones.
Antagonistas del receptor GLP-1: ayuda al páncreas a producir insulina.
Estos promueven y apoyan los niveles saludables de glucosa en la sangre. No solo reducen drásticamente las muertes por enfermedades renales, sino que en los estudios se ha mostrado que pueden reducir las tasas de insuficiencia cardíaca, ataques cerebrales y muertes a causa de los problemas cardiovasculares.
Fuente: American Heart Association