La vacunación contra el virus del papiloma humano (VPH), una de las infecciones de transmisión sexual más comunes, cuyo avances puede progresar incluso a cánceres, es una herramienta esencial en la prevención. Para abordar más sobre los detalles de la vacunación en BeHealth entrevistamos a Alejandra Meléndez, experta de Vacunas Bright Center, quien subrayó que la vacunación no es un tratamiento, sino un método preventivo crucial.
«La vacuna contra el VPH puede administrarse a pacientes de 9 a 45 años, independientemente de su género. Lo notable de esta vacuna es su eficacia comprobada: reduce la incidencia cervical en un 88%», señaló.
¿Qué tan efectiva es?
El impacto positivo de la vacuna se refleja en su capacidad para proteger contra el desarrollo de cáncer cervical, afectando áreas como la orofaringe y el cuello. Además, ofrece defensa contra las infecciones anales y cervicales, desmontando la noción errónea de que solo las mujeres requieren la vacuna. «Tanto hombres como mujeres pueden beneficiarse de la vacuna, ya que proporciona una protección valiosa contra los riesgos asociados con el virus del papiloma humano», afirmó Meléndez.
Con una eficacia del 88%, la vacuna abarca 90 tipos del virus, incluyendo los serotipos 16 y 18, los más propensos a causar cáncer. Y es que, contrario a lo que muchos piensan, los hombres tienen una incidencia significativamente más alta de padecer el VPH.
Meléndez abordó la creencia equivocada de que la formación de células atípicas es inevitable durante el contacto piel con piel. «La vacunación y la educación desempeñan un papel crucial, ayudando a prevenir la aparición de células atípicas y reduciendo significativamente el riesgo de complicaciones asociadas al virus del papiloma humano», insistió.
Por otro lado, la presencia de serotipos específicos del VPH, como el 16 y el 18, conlleva un riesgo significativo de desarrollar cáncer cervical o anal. Así, estudios a largo plazo confirman la eficacia continua de la vacuna, respaldando su papel en la prevención de enfermedades asociadas al VPH.
«La vacunación contra el virus del papiloma humano debería considerarse para todas las personas en las edades comprendidas entre los nueve y los 45 años», destacó Meléndez. Incluso aquellos mayores de 45 años pueden beneficiarse, especialmente después de superar un cáncer cervical, donde la vacunación puede ser una medida adicional y preventiva.
La vacuna no solo protege contra infecciones cervicales, sino que también previene infecciones en la garganta y otros sitios afectados por el VPH. La clave radica en la educación, explicando visual y comprensiblemente los beneficios de la vacunación.
«Cuanto más rápido realicemos la prevención y la vacunación, más sólida será la cadena de inmunización. Todas las personas mayores de 15 años siguen una guía de vacunación que incluye tres dosis», destacó Meléndez. Las vacunas actúan como la primera línea de defensa, preparando el cuerpo para enfrentar agentes patógenos de manera efectiva.
Otros aspectos a tener en cuenta
Además de confiar en las vacunas, es fundamental mantener prácticas diarias de cuidado de la salud. La combinación de ciencia avanzada y cuidado personal construye una defensa integral contra posibles riesgos para la salud.
Recomendaciones adicionales, como autoconocimiento, educación continua y estilo de vida saludable, son útiles para el público. La colaboración con profesionales de la salud y la adopción de una mentalidad proactiva son clave en la prevención.
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Mitos que debemos disipar
En el centro de vacunación, se aborda el temor de las madres explicando la importancia de las vacunas y desmitificando el proceso. «La vacuna desempeña un papel fundamental, y después de explicar su funcionamiento, muchas madres cambian de opinión», reveló Meléndez.
Desmitificar mitos, como la creencia de que la vacunación activará sexualmente a los niños, es esencial. La vacuna no afecta la actividad sexual futura; más bien, protege contra riesgos relacionados con la exposición a ciertos virus.
Asimismo, hay mitos sobre la efectividad de la vacuna. Esta vacuna ha demostrado ser extremadamente eficaz y sus resultados son respaldados por datos recopilados desde 2006. En nuestros estudios de investigación de 10 años con la vacuna de la VPH, hemos observado que las mujeres vacunadas estaban protegidas. Además, hemos añadido serotipos adicionales de protección, como el 31, 32 y 56, a los ya existentes 16 y 18, que son los más agresivos.
En cuanto a la población que estamos impactando en este momento, en Puerto Rico, la vacunación contra VPH comienza a los 11 años. «Sin embargo, mi enfoque es más amplio, ya que considero que cualquier paciente entre los 11 y los 45 años es viable para esta vacunación. Desde mi perspectiva, cualquier médico especialista puede identificar a un paciente que tiene la oportunidad de vacunarse. Es común que las personas vean la vacunación como algo que solo concierne a ciertos grupos, pero creo que todos los pacientes en este rango de edad pueden beneficiarse», dijo.
Importancia de la educación y la comunicación con especialistas
Los pediatras son fundamentales, ya que son los primeros en hacer hincapié en la importancia de la vacunación. Los ginecólogos también desempeñan un papel crucial, ya que la vacuna está específicamente relacionada con la prevención del cáncer cervical, y le dan un fuerte énfasis. Tengo pacientes mayores de 21 años que me dicen que sus médicos les recetaron la vacuna y las están recibiendo con entusiasmo. Incluso tengo pacientes mayores de 30 años que acuden a la oficina para vacunarse, lo cual demuestra la importancia y la conciencia creciente sobre la vacunación.
«No todas las personas cuentan con planes de salud que cubren la vacuna hasta esa edad. En esos casos, hay opciones como buscar ayuda de entidades que puedan brindar asistencia económica que ofrecen vouchers para vacunas, proporcionando ayuda a aquellas personas que no cuentan con un plan de salud que cubra la vacunación».
Además, para aquellos mayores de 18 años que no tienen acceso a planes de salud que cubran la vacuna, pueden acudir a farmacias aliadas que ofrecen vacunación. En ciertas farmacias aliadas, como la de Caguas, San Lorenzo, y Agua Buena, se están vacunando pacientes beneficiarios de reforma. Esto ha sido una solución para muchos pacientes que, interesados en la vacunación, buscan opciones accesibles.
«Reconocemos que en Puerto Rico, además de las barreras económicas, existen otras barreras sociales, como mitos y creencias limitantes. Por ello, es crucial abordar no solo la parte médica, la educación y la prevención, sino también trabajar para superar estas barreras y garantizar que la vacunación sea accesible para todos. La vacunación no solo es una protección individual, sino que también contribuye a la inmunización colectiva, lo que beneficia a la comunidad en general. Es esencial que todos comprendan que vacunarse no solo reduce el riesgo personal, sino que también contribuye a la protección de quienes nos rodean», concluyó.
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