A las treinta y tres semanas de embarazo, o 31 semanas después de la concepción, las pupilas de tu bebé pueden cambiar de tamaño en respuesta a un estímulo causado por la luz. Los huesos se están endureciendo. Sin embargo, el cráneo sigue siendo blando y flexible.
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Sus huesos se siguen endureciendo poco a poco gracias al calcio de la dieta de su madre, que atraviesa la placenta.
En esta fase, las uñas de las manos ya han llegado a la punta de los dedos y las papilas gustativas ya se han desarrollado, de tal forma que se distinguen algunos sabores de lo que ha ingerido la madre.
Cómo cambia tu cuerpo en la semana 33 de embarazo
En la semana 33 de embarazo, la futura madre suele seguir ganando entre medio kilo y un kilo de peso por semana, aunque el ritmo irá decreciendo a medida que nos acerquemos al final de la gestación.
En la semana 33 de embarazo, además de aumentar de volumen, tus senos se están preparando para la lactancia . El propio feto colabora en este proceso, ya que durante las últimas semanas produce y difunde, a través de la placenta, hormonas que, absorbidas por la madre, activan la producción de leche, que estará lista inmediatamente después del parto.
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