Alfredo Ruiz es un paciente con párkinson de 50 años que fue diagnosticado con la enfermedad cuando tenía 32 años. Alfredo habló con BeHealth y nos contó su inspirador testimonio, en el que no solo exhorta a los pacientes con la condición a que luchen por salir adelante, sino que, además, da algunos tips de ejercicio y alimentación que beneficiarán significativamente a quienes luchan contra el padecimiento.
Realmente los primeros síntomas de esta patología neurodegenerativa aparecieron en Alfredo cuando tenía 24 años. Sin embargo, solo fue hasta los 32 que un neurólogo le dictaminó un diagnóstico con la enfermedad de Parkinson.
En su entrevista con este portal, Alfredo reveló que a causa de su enfermedad “me empezó una depresión horrible. Una depresión que me duró ocho años”, cuenta el paciente, quien aseguró que vivió una etapa de negación.
“Esa fue mi etapa de negación, que es la primera etapa del párkinson, que algunas personas le dura menos, a otros más. A mí me duró entre 8 años aceptar lo que yo tenía”, contó.
Alfredo asegura que muchos de los pacientes con dicha patología se sentirán identificados con tu testimonio debido a que cree que es difícil que a los pacientes jóvenes les hagan un dictamen rápidamente. Por esa razón, “tiene que ser un especialista porque no todos los médicos se especializan en este tipo de enfermedades”.
Cómo recibió la noticia del diagnóstico
Este paciente, quien además de sufrir dicha condición, es ciclista, calificó el momento en el que recibió el diagnóstico como un “balde de agua fría”. Además, mencionó la importancia que su familia tuvo en ese instante.
“Me fue bien difícil la adaptación. Fue más dura de mi parte porque yo estuve bien negativo durante esos años. Hace mucho tiempo, estuve bien negativo. Todo lo veía mal. Fue bien duro para mi familia porque si yo estoy mal, mis hijos se van a poner mal. Mi esposa va a estar mal”, dijo.
Pese a que su familia se angustió demasiado tras conocer que Alfredo estaba enfrentando el Parkinson, el paciente nos contó que su esposa fue un apoyo excepcional y aprovechó para ‘echarle flores’ y resaltar la importante labor que ella ha hecho en el tratamiento de su condición.
“Puedo decir que conocí a una persona. Mi esposa actual, llevamos 10 años juntos de casados y ella es mi roble, mi soporte, sin ella yo no sería lo que soy. Ella es la verdadera campeona”, aseguró Alfredo.
Cómo fue la vida laboral y académica
Alfredo estudió publicidad y mercadeo y gracias a su experticia pudo fundar un negocio con el que él mismo aseguró que “me va muy bien”. Sin embargo, lograr ese posicionamiento no fue fácil, según el paciente:
“Yo trabajé en una farmacéutica durante casi 15 años con la enfermedad y me destaqué muchísimo, gracias a Dios. O sea con mi determinación y mi fe me mantuve fuerte. No fue fácil, pero porque tú compites contigo mismo y esto no es como una carrera, tú estás compitiendo contra ti mismo”, expresó.
Así enfrentó la depresión
Tal y como lo ha dicho Alfredo, enfrentar el Parkinson no es fácil y aún más, cuando una enfermedad de salud mental como la depresión se une al ‘cóctel’ de enfermedades que alguien padece. Pese a este difícil panorama, este paciente reveló cómo logró sobreponerse:
“Logré superar y aceptar lo que tenía. Así de sencillo. No hay magia, simplemente cuando tú aceptas lo que tienes y lo tomas un día a la vez. A mí me tomó 8 años, casi 9 poder aceptar lo que tenía, pero cuando lo hice mi vida cambió completamente”, cuenta.
El ciclismo: ¿luz al final del túnel?
Uno pensaría que un paciente que sufre temblores y rigidez (que son algunos de los principales síntomas del párkinson) no puede realizar alguna práctica deportiva. Pues en el caso de Alfredo hubo una excepción y él demostró, contra todo pronóstico, que el ejercicio fue vital para su tratamiento.
“Sin temor a equivocarme puedo decir que Dios utilizó el ciclismo en mí porque yo nunca había corrido bicicleta”, dice Alfredo.
Además, el hombre asegura que uno de sus ejemplos en este deporte fue Juan Mora, otro ciclista con párkinson y amigo de Alfredo. “Yo le digo a Juan que es mi ídolo, y él me dice que yo soy el de él”.
¿Su relación con Dios ayudó?
El tratamiento médico, el ciclismo y el apoyo fueron fundamentales en el tratamiento de párkinson de Alfredo. Sin embargo, como él mismo contó, su fe en Dios y sus ganas de ‘echar para adelante’ le permitieron hoy convertirse en el ejemplo de muchos pacientes con la condición.
“Yo siempre he creído en Dios. Siempre he tenido mucha fe, pero no como la que tengo ahora. Cuando las personas con enfermedades como yo solemos aferramos mucho a Dios y gracias a él yo hice eso y no me arrepiento. La fe mueve la montaña. Si te falta la fe, te presto la mía”, expresó el paciente.
Alfredo asegura que cuando se enteró de su diagnóstico le reclamaba a Dios, sin embargo, “por experiencia propia vi que él era el que que me daba la fortaleza. Voy a la iglesia con mi esposa, con mis hijos. Yo no soy de ir a la iglesia todos los días, pero cuando tengo la necesidad, voy y le pido a Dios que me cuide a mi, que cuide a todos los pacientes, a todo el mundo”.
Además, este hombre asegura que no quiere “que nadie pase por lo que yo estoy pasando, ha sido difícil y si llegasen a tener lo que yo tengo, que tengan la orientación suficiente para poder sobrellevar la condición. Es eso lo que yo quiero. Si yo hago la diferencia en una sola persona, si yo hago eso, yo hice mi trabajo para Dios”, narra Alfredo, quies es de San Juan, la capital puertorriqueña, y asegura que durante nueve años ha recorrido esta ciudad, en bicicleta, para llevar un mensaje de esperanza a quienes sufren párkinson y otras enfermedades crónicas.
“Llevo casi nueve años llevando este mensaje, he logrado mucho y he dado mucho conocimiento,pero aún hay mucho por expandir y esparcir para que la gente conozca lo que es la enfermedad de Parkinson, que no solo es temblar y rigidez. Hay muchas cosas que no se ven detrás de la enfermedad que nadie conoce como depresión, ansiedad y miles de cosas”, señaló, mientras invitó a quienes sufren condiciones mentales que busquen ayuda profesional psicológica.
Él no quiere que le hagan elogios ni que lo resalten, solo busca ayudar y dar de lo que aprendió. Por esa razón envió un particular mensaje:
“Lo que hago yo, lo puede hacer cualquier persona. Simplemente tienes que tener el deseo de vivir y tener la fe correcta, porque mucha gente tiene fe cuando las cosas van bien. Pero lo normal, no todo el mundo tiene fe, ahí es donde tienen que crecer. Este es el momento de creer, no ver para creer, sino creer para poder ver”, exhorta.
Recomendaciones a los pacientes
Alfredo no la ha tenido fácil con el ciclismo, cuando empezó a correr se cayó, se partió la clavícula y se fracturó varias costillas. Sin embargo, semanas después y aún herido, se montó a su bicicleta y se fue a correr por los niños con cáncer.
“Hay dolor, pero a nosotros el dolor no se nos va a ir. ¿Qué vamos a hacer, sentados llorando? No, eso se acabó para mí. Eso se acabó. Ahora hay que sacarle los ojos a la enfermedad y echar pa’lante todos los días. Te estoy diciendo esto porque yo lo vivo todos los días. Si yo puedo, tú puedes. Cualquier persona lo puede hacer”, dice.
Igualmente, invita a quienes padecen enfermedades para que practiquen deportes: “Si no puedes montarte en una bicicleta corre, si no camina, si no puedes caminar, arrástrate, pero no te rindas porque si te rindes ya perdiste la mitad de la batalla”.
Terminó su diálogo con BeHealth pidiéndole a los pacientes que se tomen sus medicamentos, que busquen el ejercicio adecuado para ellos e implementen una adecuada alimentación.
“No te encierres en tu vida. Al contrario, comparte lo que tienes con los demás. A mí me tomó 8 años, pero lo logré. Si yo puedo, tú puedes”, concluyó.